Como iba diciendo... eso de ir poniendo orden va dando sus frutos poco a poco.
Con la ayuda de dos tapas de coleccionables que regalaba la Interviú allá por 1996, me construí un tríptico que se convirtió en las tapas de mi diario número VIII, el cual ni siquiera llegó a durar un año y recogió la esencia de unos tiempos convulsos y llenos de cambios y esperanzas que fructificaron mucho más de lo que yo esperaba. Tal y como imaginaba yo que sería mi vida, mis pronósticos (sentimentales y profesionales) de aquellos años oscuros están más que cumplidos... y eso está bien.
Y las sorpresas de tipo literario y filosófico que aparecen por esos lares, siempre son de lo más suculento...
Por cierto que el collage fotografiado arriba, que corresponde a las tapas del diario, se titula literalmente “TRÍPTICO: TORERO, TORO EMBISTIENDO, Y ÁRBOL FUSILADO, EN HOMENAJE A FEDERICO GARCÍA LORCA.” Era más joven y más barroco, sin duda...
Y después de todo esto, me parece que sí me he ganado vacaciones... así que feliz navidad, y todas esas cosas.
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