La exposición “Lágrimas de Eros” (que aún se puede ver en Madrid) es una verdadera maravilla, un caramelo valiente y magníficamente comisariado que muestra obras sensuales, eróticas y atrevidas, obras en las que el deseo va muchísimo más allá de la grosería o de lo explícito, sin dejar por ello de ser fuertemente atrayente. Quizás una de las piezas más increíbles de la exposición sea este lienzo de Doré, que a nadie recomiendo perderse teniendo en cuenta además que proviene nada menos que de Taiwán...
Hace falta buen gusto, valor y empuje para hacer algo que, una vez más, nos demuestra que una de las cosas que más nos interesa a todos (si no la que más), ya sea por activa o por pasiva, es la fuerza del Eros, las sedosidades que pueden desprenderse de momentos y de vapores semejantes... y quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Ojalá cunda el ejemplo...
Ojalá cunda el ejemplo...
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