martes, 4 de marzo de 2014

Otro "Antídoto" más: "El Libro de los Mártires" (Michael Moorcock)

Una vez más, insisto en que el “Antídoto” se resiste a morir (bueno soy yo, jejejeeee...), a pesar de que hoy por hoy este último número ni siquiera haya podido ser distribuido de forma adecuada (y el pobre Cerdito Mucho Mejor está más magro que nunca...), pero ya llevamos nada menos que veinte, y lo que te rondaré morena, que torres más altas han caído, y nosotros cuando queremos somos muuuuuuuuuuy cabezones...
 
Inmerso como estaba (y como estoy) en el asunto de la literatura fantástica y demás, opté por centrar mi atención en un libro de un autor tan consagradísimo como es Michael Moorcock, este “El Libro de los Mártires” (número 32 de la colección Star Books, herencia directa de mi señor padre) formado por una nutrida colección de relatos (protagonizados por gente tan dispar como Jimi Hendrix o Jesucristo) que, sorprendentemente, no se ha vuelto a editar en nuestro país. Y lo que es aún más sorprendente es que tanto el presente como aquel “El Tiempo de los Señores Halcones” co-escrito también por él y que tampoco tiene otra edición española, están bastante baratos por la red, y no son en absoluto difíciles de encontrar. Cosas veredes...
 
Y eso que tanto aquel como el presente son de lo más recomendables, con esas rocambolescas ideas de Moorcock que aquí nos trasladan a futuros posibles y a planetas pasables, o a situaciones más o menos creíbles en su onirismo, con esas alucinaciones que son marca de la casa. Sin duda, ha valido la pena... y valió mucho la pena que la colección fuese en su momento tan variada y variopinta.
 
Por cierto que la presente es nada menos que la entrada número 555 del blog... Sin duda, hablar de un “Antídoto” es una muy buena manera de celebrarla.

lunes, 3 de marzo de 2014

Visita al castillo de San Carlos

Sin duda, el primer comentario que debía hacer era el presente, aunque sólo sea porque la visita fue nada menos que el pasado noviembre... Y sí, allá nos fuimos junto al profesor Josep Joan Vidal en visita oficial del máster, verdadero erudito de la Historia Moderna con el que pudimos recorrer los vericuetos de un edificio tan cercano a mí que sin embargo jamás había visitado. Desde luego, las visitas han sido la mejor parte del máster, tanto la presente como las que hicimos junto a Maria Barceló por toda la Palma medieval...
 
Pero como en la presente nos dieron folleto que pasa a la pertinente colección (que pronto esperamos poder ordenar como se merece), aprovechamos para comentar que el palmesano castillo de San Carlos es una verdadera cucada, que contiene un museo de historia militar y una colección de armas verdaderamente curiosa, que goza de unas vistas espectaculares siendo una construcción sobria y accesible y muy bien conservada, y cuyo bar es más que digno de tener en cuenta. Desde luego, a veces son estos museos tan escondidos los que guardan las sorpresas más agradables...

domingo, 2 de marzo de 2014

Marzo ventoso... pero más tranquilo

Soy duro de pelar, pero sinceramente, ha habido momentos en los que creía que estos días no llegarían jamás... Pero finalmente, bien está lo que bien acaba: con todas las asignaturas teóricas de mi máster de patrimonio superadas, las prácticas y el trabajo final encarrilados, y el inglés también en su curso (teniendo en cuenta que sería una tontería presentarme al examen de junio, y sabiendo con ilusión que el año que viene repetiré curso para lograr el que siempre ha sido mi objetivo principal, esto es, aprender bien un idioma que amo), por fin podemos dedicarnos a lo que debemos dedicarnos.
 
Lo cual, por supuesto, ni mucho menos quiere decir que hayamos estado quietos: nos ha dado tiempo para continuar con nuestras columnas en “Última Hora” (lamentablemente, sigo sin poder ponerlas aquí, aunque por supuesto espero algún día publicarlas juntas en un libro) y algunas incluso dominicales, y desde luego, las reseñas en la web de la revista “Sci-Fi World”, de las que a estas alturas (hoy mismo acabo de colgar la última) ya hay un buen montón:
 
 
Y lo demás... pues tiempo hemos tenido para leer otras cosas (ya nos iremos poniendo al día), continuar metiéndonos en nuevos líos literarios de los que ya iremos dando cuentas, seguir con los ya existentes, planear nuevos viajes, comenzar a ejecutar obras en casa, y hasta cumplir 38 años, nada menos. A fin de cuentas, no sé de qué me quejo...
 
 
PD: menos mal que ha aparecido una imagen más o menos chula, ya que 38 es precisamente el calibre más habitual de las armas de fuego... y eso es lo que sale si tecleas la cifra en un famoso buscador. Mira por donde, parece que acabo de cumplir una edad peligrosa...