domingo, 29 de noviembre de 2009

"Tassa i Mitja" y "Ja ho farem venir bé" de noviembre

Aunque sea de mes en mes, hay que ir comentando los asuntos radiofónicos, que tienen mucha miga y si no, se olvidan y no se les saca tanto jugo como se podría... Por lo que respecta a “Tassa i Mitja” y a mi sección “El prestatge d’en Ház”, la cosa últimamente ha ido más o menos así:

-28 de octubre: decidí entrevistar a Miguel Gallardo con motivo de la reedición de “Fuga en la Modelo”, álbum con Makoki de protagonista que dibujó en los 80’ y que ahora ha vuelto a salir en tapa dura. Si no recuerdo mal, es la tercera vez que hablo con Miguel, pero no me canso de ello: sus comics (y también los de Mediavilla, lógicamente) me han hecho reír a carcajadas, y todavía lo siguen haciendo...
-4 de noviembre: comenté, si no me equivoco, la nueva película del maestro Woody Allen, llamada “Si la Cosa Funciona”, y que me encantó sobremanera.
-11 de noviembre: recién llegado de Madrid, hablé de la magnífica exposición “Lágrimas de Eros”, dedicada al erotismo y de la que tengo que hablar en otro post al efecto.
-18 de noviembre: aprovechando la inmediata inauguración dos días después, le expliqué a mi jefa que ese día había decidido traer al comisario de la exposición de los veinte años dedicados a la ABABS... por lo que podía entrevistarme sin problema.
-25 de noviembre: finalmente, pudimos tener el gran placer de conversar en directo con Guillermo Solana, director del museo Thyssen y comisario de la exposición “Lágrimas de Eros”, quien nos insistió en que la misma baronesa había tenido mucho que ver al respecto porque es una persona audaz en lo que al arte se refiere. Y nosotros nos alegramos, claro...

Por lo que respecta a “Ja ho farem venir bé”, y aparte de las bromas de siempre y todas esas cosas, los invitados han sido por este orden, Joana Pons (del grupo menorquín “Joana Pons i ses Guitarres”, una mujer muy simpática que nos habló de su discreta y al mismo tiempo espectacular carrera musical), Raül Valls (presentador de televisión que seguro llegará lejos, y que es un chico verdaderamente simpático a quien ya conocía por haber sido nada menos que alumno mío), Madò Pereta (o lo que es lo mismo, Joan Carles Bestard, que se disculpó enormemente por no haber podido estar con nosotros hacía unas semanas y que nos ofreció un rato divertido), Pep Roig (quien nos insistió sobre todo en su proyecto de un museo del humor, para el cual tiene muchísimo material pero pocas ayudas económicas), Amanda Vich (la directora del Espai Mallorca de Barcelona, a quien yo conocía de sobra por haber colaborado semanalmente conmigo en mi programa de Ona Mallorca, y que nos explicó los entresijos de sus actividades mallorquinas en la capital catalana contagiándonos su entusiasmo), y hoy le toca el turno a Isidor Marí, filólogo y cantante, que a ver qué nos cuenta...

Definitivamente, estos posts sobre radio son necesarios y útiles (al menos, para mí), pero la cantidad de trabajo que tengo me impide ponerlos tan al día como yo quisiese... así que sí, así lo haremos: aprovechando que pillamos este final de mes, a partir de ahora comentaremos cada treinta días más o menos lo que hemos tenido y lo que no. Y al menos, llevaremos un cierto control...

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Despidiéndonos del Valhalla con un nuevo "Antídoto" (y "En la Carretera", de Jack Kerouac)

Malas noticias, por desgracia...

Sí, así es: nos despedimos del Valhalla, la cervecería que tanto nos ha dado estos últimos años, por culpa de la crisis de las narices y de la falta de dinero, y de que Juancarlos (su dueño) se ve asfixiado por estos asuntos... Saben los dioses lo mucho que lo lamentamos los que íbamos con frecuencia y disfrutábamos de la cerveza y de la buena compañía (que era con mucho lo más importante), no pudiendo olvidar jamás cosas como las fiestas de Halloween o las iniciativas tan originales de su corpulento comandador. De momento, y hasta nueva orden, permanecerá abierto los fines de semana hasta finales de diciembre... por lo que si alguien quiere aprovechar aún y presentarle sus respetos, puede hacerlo.

Para ello, y teniendo en cuenta que nada podemos hacer al respecto, nos despedimos a nuestra manera, tocando acordes prohibidos con gaitas prohibidas... para lo cual, sacamos un nuevo “Antídoto” a toda prisa (y ya van siete) dedicado precisamente a la hecatombe que se nos viene encima. Pero como bien digo en él, ni mucho menos me rindo, y ya estoy en negociaciones con Gotham (la tienda de comics, no la ciudad de Batman) para poder tenerlo allí, y supongo que esa será su nueva ubicación, tanto del orinal con los fanzines como del “cerdito mucho mejor”...

Para ello (otra vez), me he leído un nuevo Star Books, por supuesto... siendo esta vez nada menos que el número 1 de la colección, el famoso “En la Carretera” de Jack Kerouac, en su primera edición en España. Es más que difícil conseguir un ejemplar (en iberlibro hay un par, cuyo precio asciende a unos 200 euros cada uno), y yo tuve la grandísima suerte de trastear un día por la página y encontrarme con uno recién colgado al precio de 20 euros: el librero en cuestión me especificó que estaba firmado (diría yo que por un tal “Llanos”, constando el año 75’, y a él o a ella le doy las gracias efusivamente), a lo cual yo contesté que como si estaba firmado en cada página... y la verdad es que me sorprendió ver no sólo su buena calidad, sino que está forradito con plástico y todo.

En cuanto al contenido del libro (que aunque parezca extraño, jamás me había leído antes), poco puedo decir yo que no se haya dicho ya (y más hoy día, cuando incluso se ha editado el rollo original con los nombres sin cambiar). Personalmente, me ha gustado (aunque a medida que lo iba leyendo me iba dando cuenta de que me hubiese gustado mucho más leerlo con diez años menos), es interesante ver el relato de carretera y pensar que fue el primero, el principio de algo verdaderamente distinto (aunque aun así, es bien difícil saber por qué demonios pudo estar censurada una obra semejante)... aunque a veces es un tanto pesado, todo hay que decirlo.

Lo más curioso de esta edición es sin duda que es la única española con el título correctamente traducido, porque desde luego, de ninguna manera podemos hablar de que “On the road” signifique “En el camino” y no “En la carretera”, y menos en este contexto (y por supuesto la portada de Shelton, aunque no sé si será un dibujo original del todo).

En fin, larga vida al Valhalla... y nosotros, seguiremos con nuestras locuras.

martes, 24 de noviembre de 2009

Exposición "Vint anys d'història de l'Associació Balear Amics de les Bandes Sonores (ABABS)"

Otra tarea completada...

Hasta el próximo domingo día 29 se puede ver en la sala de la tercera planta de la Misericòrdia de Palma la exposición “Vint anys d’història de l’Associació Balear Amics de les Bandes Sonores (ABABS)”, que repasa los veinte años de nuestra insigne institución (que se dice pronto) y que está comisariada por quien esto escribe...

Ha sido todo un reto, desde luego: seleccionar fotografías, programas de actos, recortes de prensa, carteles, encuentros, portadas de discos... para luego reproducirlo todo y colocarlo de forma armoniosa y ordenada. Es verdaderamente magnífico ver todo ese trabajo junto en una misma sala, con fotos de todos nosotros bastante más jóvenes... y es verdaderamente magnífico que Tolo Aguilar, el Cap de Relacions Ciutadanes del Consell Insular de Mallorca, haya apostado por algo así de corazón: además de entregarnos una placa conmemorativa preciosa, nos ha prometido más ayudas directas para llevar a cabo nuestra tarea de difusión de la música de cine. Puedo jurar que trabajar con un político a este nivel (es decir, al nivel del corazón) es una experiencia verdaderamente gratificante... y es una desgracia que sea tan infrecuente.

Como digo, el resultado es sorprendente... y también demuestra una vez más que lo más importante a la hora de querer hacer cosas es la voluntad, y no los medios. Personalmente, estoy más que agradecido a ABABS por lo bien que me ha tratado siempre, porque gracias a ese entusiasmo y a esas ganas de cooperación, he podido cumplir muchos de mis sueños...

Así pues, que la disfruten... y por veinte años más.

Por cierto que fue muy divertido que el mismo día de la inauguración me entrevistase nada menos que Rosa Campomar (la cual ya colaboraba con la Asociación desde sus mismos inicios) en Ona Mallorca, en el mismo estudio desde donde yo llevé el programa “L’Esfera” durante la primera mitad del año 2007...

miércoles, 11 de noviembre de 2009

"La Ciencia y la Vida" (Valentín Fuster, José Luis Sampedro, Olga Lucas)

En mi hermosa visita a Málaga, a la casa de José Luis Sampedro y de Olga Lucas a la búsqueda del escritor y donde encontré a un hombre y a un amujer extraordinarios, me llevé no sólo preciosas palabras vivas, sino también palabras ya escritas de regalo... y dedicadas por ambos “para Joana y Házael, con el cariño de esta pareja”.

“La Ciencia y la Vida” es un libro de conversaciones entre el médico cardiólogo Valentín Fuster y el escritor y otras cosas José Luis Sampedro, transcritas y ordenadas con la ayuda de Olga Lucas, donde como bien dice la nota publicada en la revista “Qué Leer” y reproducida en la contraportada, es, “en definitiva, dos sabios que hablan del mundo”. Comencé a leerlo de vuelta en el avión, y ahora que he tenido que renunciar temporalmente (y también dolorosamente) a la escritura en el bus, he aprovechado para darle unos empujones a la literatura pendiente...

Ciertamente, en estos tiempos que corren, donde a más de uno le faltan referencias adecuadas para llevar a cabo el ineludible hecho de vivir, resulta más que necesario un libro de esta índole, en el que dos personas sabias y preocupadas por el prójimo (pero preocupadas de verdad, no como los políticos de turno) se dedican a dar unas cuantas recetas para ser más feliz... y además, lo consiguen sin caer en tópicos ni zarandajas y de forma amena y distendida (lo cual de por sí ya es todo un mérito). Baste reproducir una de las frases (de Sampedro) del libro para expresar claramente de lo que se trata: “Para mí el vivir es hacerse lo que se es. ¿Qué es lo que soy? No lo sé, pero me tengo que hacer lo que soy. Eso es lo que da sentido a mi existencia, ése es el eje de mi existencia, del cual si me separo lo empiezo a notar. Me salen mal las cosas, me equivoco, no sé, algo se resiente, aunque tenga éxito.” No quiero pecar de sabelotodo ni de prepotente afirmando que las conclusiones aquí expuestas son en general a las que ya había llegado yo por otras vías... pero como digo, el libro merece muy mucho la pena por su claridad y su profundidad. Un bonito regalo, no cabe duda...

lunes, 9 de noviembre de 2009

"La Muerte Negra (El Triunfo de la No-Muerte)"

Dije que lo haría, y lo hice... y nada merece más una entrada en el blog.

Hoy mismo, a las dos de la madrugada (es decir, ayer para mí... pero lo pongo por aquello de la oficialidad), entregué a Vicente García, editor de Dolmen Ediciones y editor de quien esto escribe, la novela “La Muerte Negra (El Triunfo de la No-Muerte)”, firmada por un servidor. Han sido semanas de lucha con ella, pero al final ha valido mucho la pena...

Más información en próximos posts: de momento, ahí va la sinopsis del asunto.

¿En qué momento de la Historia empezaron los no-muertos a caminar sobre la Tierra?
¿Eran las visiones apocalípticas de San Juan Evangelista simples delirios de la imaginación humana, o estaban basadas en hechos reales y fehacientes que su cronista había vivido en sus propias carnes?
¿Sabían en la Antigüedad que había muertos capaces de levantarse de sus tumbas para vengarse de los vivos?
¿Y qué ocurrió exactamente en la gran Peste Negra que asoló el mundo conocido en el siglo XIV de nuestra Era? ¿Por qué en algunas fuentes se habla de “Muerte Negra”, pareciendo que se hace referencia a algo distinto a la plaga?
Buceando en las bibliotecas más recónditas y consultando archivos enmohecidos y polvorientos, se ha reconstruido la historia de la mortífera plaga, y también de algo más, tal y como fue vivida en realidad por sus protagonistas: las decenas de miles de muertos, la sensación de que el Mundo se acababa, el desamparo de toda la humanidad... y la presencia de aquellos que volvían del Más Allá y que sembraron el terror tanto o más que la terrible Enfermedad. ¿Fue eso la Muerte Negra, el triunfo de la No-Muerte que hizo pensar a muchos que, definitivamente, había llegado el Juicio Final?
Y en medio de todo eso, un único hombre con ambiciosas motivaciones pero un único objetivo: el de sobrevivir, intentando por supuesto que ese Mundo del que él formaba parte también sobreviviese...
A través de una Europa desolada y de una Asia desgarrada por los conflictos internos, un hombre que se llama a sí mismo LeBlanc será la pieza clave de un juego de poder donde las religiones saben mucho más de lo que cuentan, y en el que la Muerte Negra no es sólo una simple enfermedad infecciosa... y caminará entre los vivos y entre los no-muertos tratando de dar con la clave que permita devolver a los difuntos al lugar al que pertenecen, haciendo lo posible por restaurar el equilibrio natural de la Existencia.

Y aquí, la reproducción (muy detallada, cortesía de un bloguero a quien le agradezco la dedicación) de la obra “El Triunfo de la Muerte”, de Brueghel el Viejo, que hace muchos años que me fascina y ha contribuido mucho al asunto.
Estoy contento, sí señor...

jueves, 5 de noviembre de 2009

De aniversario...

Tal día como hoy, desde luego, se supone que tengo que escribir algo interesante... aunque sólo sea por aquello de que hay que respetar los aniversarios y también las tradiciones. Además, ¿por qué no, después de todo? No todos los días se cumplen 25 años de algún hecho tan significativo a nivel personal y que pueda ser documentado de manera absolutamente exacta...

Veinticinco años atrás, el 5 de noviembre de 1984, fue cuando escribí la primera página de mi primer diario.

Y veinticinco años después, aquí seguimos con ello. Por supuesto, ha habido muchos cambios, han pasado muchas cosas, y han ocurrido muchos acontecimientos... pero lo dicho, aquí seguimos: a pesar de todas las variaciones y de todas las paradas en el camino (además de que “diario”, lo que se dice “diario”, casi nunca ha llegado a serlo), de todos los cuadernos ocupados y de la disgregación de las disquisiciones (habiendo pasado nada menos que a formato informático en buena parte, que es en donde estamos ahorita mismo), personalmente sigo teniendo la necesidad de dedicarme a ello.

¿Y por qué, podría uno preguntarse? Además de la relativamente manifiesta utilidad de estas bitácoras electrónicas (razón de peso para dedicarme al asunto del blog, que se puso de moda bastante antes de que yo me decidiese a hacerlo... y como siempre he dicho, sin demasiadas esperanzas de que nadie me lea por placer), es interesante eso de consignar los pensamientos por escrito, sí, aunque sea a una edad tan temprana como los ocho años (y es que algunas de aquellas páginas de mi primer cuaderno, regalo de mi tío Tino y que me duró la friolera de cinco años a pesar de su delgadez, son de lejos lo más fresco que he escrito en mi vida) o aunque aquí en la red no pueda hacerse con entera libertad por razones obvias (aunque a eso también le he ido encontrando soluciones, desde luego). No sólo porque es un ejercicio que aclara la mente y despeja las dudas, sino que sirve de bitácora para echar una mirada bastante fiel al pasado y sorprenderse (en mi caso siempre debo decir que agradablemente) de cómo funcionaban ideas y pensamientos y problemas que afortunadamente se han superado ya...

Personalmente, siempre ha sido ese su mayor atractivo para mí mismo, a pesar de que también soy yo mismo quien se empeña en llenarlo de reseñas de libros, exposiciones, y otros asuntos coleccionistas que al cabo de los años apenas ofrecen alguna utilidad (es por eso por lo que me decidí en parte al blog, donde la información o las reseñas de por ejemplo los trabajos de Marayat puedan servir no sólo a mí). Pero hay una cosa que me gusta de mis diarios, y es que, además de representarme de forma bastante fiel para quien alguna vez pretenda conocerme tal y como soy (si es que alguien hay de esa guisa y con semejante deseo), son como pequeñas colecciones de cosas, gabinetes decimonónicos de curiosidades donde si acaso se echa en falta algo de espontaneidad y experimentación (que no siempre, porque es en ellos donde siempre he experimentado más), pero repletos de una vida que representa momentos grandiosos. Y sí, son útiles, mucho más útiles de lo que yo mismo puedo llegar a saber...

Últimamente tengo entre mientes el proyecto de digitalizar todos y cada uno de esos cuadernos (que suman más de veinte entre unos y otros... y es que veinticinco años dan para unos cuantos pensamientos), muchos de los cuales están desgraciadamente escritos con pluma y tinta azul, la cual al cabo de poquísimos años ha ido desapareciendo en algunos lugares de forma verdaderamente alarmante... (desde que me di cuenta no he vuelto a utilizar ese sistema de escritura, a pesar de lo mucho que me gustaba, y me he pasado al pilot negro con óptimos resultados). El caso más grave es sin duda el de mi querido X, cuaderno que me regaló Glauca y volumen que corresponde a los dos años que viví en Barcelona, donde consigné muchos de los momentos que me han hecho ser quien soy hoy día tanto personal como sobre todo laboralmente (y es que en él está consignado entre otras muchas cosas el momento concreto en el que decidí dedicarme a la escritura). Como tributo a estos 25 años de trabajo, reproduzco aquí la portada, con sus manchas y alteraciones y dibujos (míos en su mayoría, aunque también de Glauca hay algunos... que hoy valoro en su justa medida a pesar de que en su momento no me hicieron gracia, pero es que en aquel entonces yo tenía muy poca ídem), esperando que pronto me ponga a rescatar los textos de su delicado estado de salud... Y como regalo de aniversario, una tormenta otoñal nos ha traído hasta el balcón esta sorprendente imagen de la isla de Cabrera y su perfil de barco anciano (como la llamo en uno de mis poemarios que aún no ha visto la luz, por esas cosas del mundo editorial), a la que en todos los años que llevo viviendo en esta casa jamás había visto tan de cerca y con tanta nitidez. Así es el mágico Mediterráneo...