sábado, 30 de abril de 2011

Single: "For your eyes only" (Sheena Easton)

Rematamos el mes comentando otro de los singles adquiridos en la última remesa, que curiosamente también tiene que ver con James Bond: la edición española de la canción “For your eyes only”, firmada por Bill Conti con letra de Michael Leeson y cantada por Sheena Easton, y que como se puede ver, aquí se llamó igual que la película (es decir, “Sólo Para Sus Ojos”).

Según el excelente libro “Como Una Bola de Trueno: La Música en las Películas de James Bond” (firmado por quien esto escribe, jejeeeeee...), la canción tuvo que ser rescrita en cuarenta y ocho horas por sus autores para que encajase con los créditos iniciales del film (como siempre, diseñados por Maurice Binder), en los cuales aparece (por primera y única vez en la historia de la saga) la cantante. De hecho, el vídeo musical son esos mismos créditos, aunque sin las letras acreditativas del film (toda una curiosidad, desde luego), tal y como se puede ver aquí:

http://www.youtube.com/watch?v=8BOWrm4xzQ0

Respecto al single, está en perfectas condiciones, incluye en la cara B el tema “Runaway” de Conti (ninguna rareza, ya que es el octavo corte del disco oficial), y me parece que ya tenía esta misma edición en mi colección de discos (tengo que verificarlo cuando los traiga de Asturies). Pero lo que me ha dejado para el arrastre es acabar de comprobar que su referencia... ¡no figura en mi (no tan excelente) libro! Ay, señor, qué despistes tiene uno a veces: habrá que recordarlo para la próxima edición.

Columnas "Última Hora" marzo

Cerraremos el mes, como siempre, colgando las dos columnas que salieron publicadas en el mes de marzo. Lamentablemente, tampoco salió nada firmado por mí en el “Diari de Balears”...

-“Happy Sex”: jueves, 3 de marzo de 2011.

Quizás tenga yo parte de culpa, pero hacía mucho tiempo que no me reía de verdad con una obra que satiriza el mundo del Eros. Quizás tenga yo parte de culpa, pero es que nunca me han gustado las sátiras que, en lugar de ser valientes y atrevidas, o deliciosamente irreverentes, resultan por el contrario no ya cansinas y repetitivas (después de todo, la originalidad es un bien escaso y difícil), sino, peor aún, “infantiles” en el sentido más peyorativo de la palabra (es decir, pueriles). Quizás tenga yo parte de culpa, pero cada vez que leo a personas que escriben líneas en folios (o que abren sus bocas en programas de televisión) refiriéndose a cosas que tienen que ver con el sexo, e intentando además resultar graciosos con ello, no puedo evitar un profundo suspiro y pensar que quizás yo también me reía de semejantes chistes picarones y subidos de tono y no aptos para todos los públicos... precisamente, cuando estaba en el jardín de infancia (y tal vez ni siquiera).
Por eso, prefiero evitar esas temáticas, y por eso, me alegro muy mucho que el gran Zep (el genio francés creador del encantador personaje Titeuf, quien precisamente batió todos los récords de ventas con el magnífico cómic didáctico “La Guía Sexual de Titeuf”, orientado a un público infantil, que no pueril) me haya devuelto la confianza con su “Happy Sex”, un álbum de historietas cortas sensuales y eróticas que al mismo tiempo son divertidas y satíricas. ¿Y cómo lo ha hecho? Sencillamente, haciéndolo bien: partiendo de una visión adulta (y no pueril) de las relaciones íntimas entre adultos, para construir así toda una serie de esperpentos ácidos y picantes que nos harán sonrojar no por parecernos pueriles, sino precisamente porque en más de una ocasión nos veremos retratados en ellos... siempre que nuestra visión del Eros no sea la de un niño de tres años, y que sepamos reírnos de nosotros mismos, desde luego.

-“Rescatando a Billy Wilder”: viernes, 25 de marzo de 2011.

La verdad es que algunas veces la vida es sorprendente de verdad: después de indignarme hace pocas semanas con el flagrante y alevoso corte censor que La 2 de Televisión Española le había asestado a la magnífica película “¿Qué Ocurrió Entre Tu Padre y Mi Madre?” (o lo que es lo mismo, “Avanti!”, que el maestro Billy Wilder filmó en 1972), resulta que voy y me la vuelvo a encontrar haciendo zapping nada menos que en nuestro balear Canal 4. Y aparte de la lógica alegría, me quedé a verla también por la lógica curiosidad de saber qué pasaba con cierta escena en cuestión...
Así pues, estaba viéndola y disfrutándola, cuando de repente y sin avisar, los actores recuperan su voz original y su idioma original justo en el momento clave, mostrándome aquella escena que yo ya conocía (y un poco más tarde, otra que no recordaba), aunque por desgracia sin subtítulos que pudiesen dar una pista de la conversación que mantenían ambos protagonistas.
Digo yo que se deberá eso a aquella frase que aseguraba que no se puede tener todo en la vida... pero de todos modos, es de agradecer una iniciativa semejante. La vanidad hace que quien esto escribe haya pensado en la posibilidad de que alguno de los directivos de dicha cadena leyese mi columna y se indignase tanto como yo, decidiendo de esa forma rescatar lo que legítimamente pertenece a todos los espectadores... pero sea como haya sido, la decisión no solo de programar la película, sino de añadirle las imágenes mutiladas, sólo puede merecer una completa felicitación.
Y por cierto que es interesante señalar el curioso criterio de los censores en cuestión, porque ciertamente es un tanto estúpido quitar una escena de desnudos y dejar una película que es una clarísima apología del adulterio. Quizás el mensaje que deseaban transmitir es el de “adulterio, sí, pero sin senos femeninos ni nalgas masculinas, por favor...”

viernes, 22 de abril de 2011

"Allunyeu-vos dels Professors" (Carles Hèctor Hernández i Vicens)

Otro libro que me acabo de leer, y que me encontré de casualidad en un baratillo gratuitamente (porque estaba en el montón de los que ni siquiera se vendían... y me encanta decirlo, jejeeee...): “Allunyeu-vos dels Professors” (es decir, “Alejaos de los Profesores”), primer libro escrito y publicado por mi amigo Hèctor Hernández.

Personalmente hacía bastantes años que quería echarle el guante a este cuentecillo, después de haber hablado tanto de él con su autor, y de haber disfrutado como un loco de “Qui s’Apunta a Matar la Meva Mare” (es decir, “Quién se Apunta a Matar a mi Madre”, cautivador título donde los haya), tercera novela suya que fue la primera que yo leí y que me hizo revolcarme de risa sintiéndome más que identificado con tantas cosas.

Lógicamente, el presente es bastante más flojo, pero teniendo en cuenta que su autor lo escribió con quince años, hay que echarle un ojo benévolo y disfrutar así de la cáustica mordacidad que esconden algunos de sus diálogos y la radicalidad de sus propuestas. Es maravilloso que un libro tan trasgresor siga recomendándose como lectura de instituto...

Por lo demás, lo único que hace falta ahora es esperar a que su autor se decida de una vez a poner punto final a su nuevo trabajo literario, para poder disfrutarlo como se merece... y ahí queda eso.

jueves, 21 de abril de 2011

29 Salón Internacional del Cómic de Barcelona

Extraño se me hace, sí, pero aquí estamos ya de nuevo, después de tamaño evento. Más que curiosa ha sido la sensación de volver después de tantos años a un lugar que no era el mismo (la Estació de França tenía su encanto, pero la verdad es que no la eché nada de menos) y a un evento que nunca volvería a serlo más...

Para empezar, y a pesar de la cutrez acreditativa (véase la pulserilla que me acreditaba como autor, cuando años ha eran etiquetas con tu nombre que permitían reconocerte al primer golpe de vista), el pasar por alto la sala de prensa y todo lo demás, me produjo un considerable alivio: nada de entrevistas ni de artículos posteriores ni de zarandajas, que total todo eso ya no me interesa. Y lo mismo valió para la compra de tebeos: finalmente, sólo he llegado a adquirir uno (el imprescindible “Los Sueños del Niñato”, de Gallardo, que no tenía), y el resto del tiempo me dediqué a lo mío.

¿Profesionalmente? El viernes 15 hice de jurado en el cosplay zombi individual (sin duda fue toda una aventura, bien acompañado y disfrutando de ganadores como el “Clint Deadwood” que tanto nos deleitó con sus payasadas), el sábado 16 di una charla mañanera en la nueva FNAC acompañado de Juande Garduño y de Alberto Bermúdez (que estuvo la mar de divertida), y ese mismo día participé en la mesa redonda que analizaba el fenómeno Z (impagable la actuación de Enric Rebollo, dibujante y guionista a quien el presentador calificó como “muy revoltoso”), rematándolo todo con un par de sesiones de firmas, la última en la mañana del domingo 17. No puedo quejarme en absoluto: nuestros fans (la mayoría de ellos, de Badalona) nos arroparon de manera más que eficaz, y si para ellos es (palabras suyas) un privilegio conocer en persona a autores como nosotros), no es menos privilegio para nosotros que nos traten tan bien como hacen ellos... ¡así que gracias, chicos y chicas!

¿Personalmente? Inmejorable. Como siempre, no pueden describirse con palabras cosas como los sinceros abrazos de Juan Díaz Canales y de su mujer Teresa (sin duda, una de las mayores alegrías de toda mi carrera comiquera ha sido la de conocer a este hombre y ser amigo suyo), la alegría de conocer en persona a un autor al que tanto respeto como es Antonio Altarriba (firmaba ejemplares de su cómic, y yo sin embargo venga a hablarle de “Maravilla en el País de las Alicias”, que me vuelve loco), los encuentros con los compañeros del medio (Sergi, Bibiana, y en especial con el gran Alejandro Colucci y su encantadora familia, del cual por cierto estaban expuestas las portadas de mis dos libros, y daba gusto verlas... aunque los de Ficómic escribieron mal mi nombre), y hasta la sensación de volver a tener 15 años cuando vi a una chica maravillosamente vestida de la Catwoman de Burton y no me resistí a hacerme una foto con ella...

Y si a todo eso le añadimos la estancia en casa de Hèctor y Maria, los cuales siempre se portan la mar de bien conmigo... pues eso, que fue un viaje inolvidable, y que ha valido muy mucho la pena, a pesar de las ausencias. Pero ya se sabe que no se puede tener todo en la vida...

Me quedo con la cara de Bruno, el hijo de Colucci de doce años de edad, cuando después de preguntarme cuándo había sido la primera vez que yo había ido al Salò, le contesté que eso había ocurrido antes de que él naciera. Tempus fugit, y nosotros vamos haciendo lo que podemos...

lunes, 11 de abril de 2011

"El Quinto en Discordia" (Robertson Davies)

Comentaremos una de las últimas lecturas, que hace tiempo que no decimos nada al respecto: este “El Quinto en Discordia”, del canadiense Robertson Davies, fue un regalo que me hizo mamá hace ya un par de años, y que no metí en el cómputo psicomágico del año pasado, con lo que fue quedando relegado y relegado en el montón.

Como ya le dije a mi madre, soy yo poco amigo de la novela costumbrista (cuando me caen en las manos cosas de estas, ya sean películas o libros, siempre pienso que qué demonios me importan a mí las miserias de nadie, por muy bien contadas que estén), pero como era un regalo, pues fui avanzando en su lectura hasta llegar a disfrutar tanto del estilo (que es ciertamente bastante impecable) como de la historia en sí, sobre todo después de que el final me sorprendiese como lo hizo. En fin, no lo hubiese leído por mí mismo, pero reconozco que tampoco ha sido un gran sacrificio hacerlo...

Descorchando mes, aprobando exámenes

Líos varios de últimas horas me tienen más apartado de lo que desearía del presente blog y de otras cosas más majas todavía... pero así es la vida, y de momento no nos quejaremos, sobre todo con otro libro en ciernes y un viajecito próximo nada menos que al Salò del Còmic de Barcelona, casi diez años después. Curiosa la sensación de ir como autor, y no como periodista...

Por otro lado, una de esas noticias de las que vale la pena hacer mención: finalmente, he superado la barrera del dichoso examen del nivel C de catalán, que acredita que un tipo como yo (quien ha escrito durante años en diversas publicaciones en dicho idioma, y que además tiene libros publicados que lo refuerzan) sabe hablarlo y escribirlo de manera bastante correcta. Un 7’5 me dio tres décimas de margen (sí, el aprobado era 7’2) para quedarme con la última oportunidad, porque a partir de ahora la cosa cambia con Bolonia. Espero que al menos sirva para que me dejen en paz de una vez con el asunto... aunque para ser el primer intento, no ha estado mal del todo, no.

Me hizo gracia que el dictado fuese un fragmento de “Moby Dick” (con palabras lógicamente tan retorcidas que ni yo las había escuchado nunca), y uno de los soportes de los que me serví para aprobar fue el libro “La Vida Excessiva de Salvador Dalí”, firmado por el gran hispanista Ian Gibson (quien por cierto me comentó a mí en persona que no estaba para nada de acuerdo con esa traducción del título castellano “La Vida Desaforada de Salvador Dalí”). Interesantísimo como no podía ser de otro modo, y también interesante para leer en catalán (por aquello de que algunos textos de Dalí lo están, aunque sea en un catalán muy suyo que probablemente no pasaría el examen que he pasado yo), se lo pedí prestado a mi hermana y llegué a la página 391 (es decir, al capítulo 9, correspondiente a 1931), pero decidí no seguir adelante: el momento Dalí ya pasó, y no sé si volverá alguna vez... y el momento catalán, por fortuna, ya ha dejado de preocuparme. Queda la dichosa capacitación, pero esa es harina de otro costal...

Por el momento, disfrutaremos lo que podamos de la primavera.