jueves, 9 de octubre de 2008

"Moby Dick"

Mira por dónde, todavía he tenido tiempo de acabar un nuevo libro hoy... y la verdad es que ha costado un poquito: llevaba renqueando por la mesa de la cocina algo de tiempo, comenzado antes del verano y leído aquí y allá a trozos. Y la verdad es que lo tengo desde no hace mucho: me lo regalaron nada menos que en un Carrefour, porque estaba junto a una de las cajas y la señorita me dijo que sí, que eran para regalar, y que podía quedármelo...

Y así es como finalmente me he leído un clásico como "Moby Dick", por supuesto de Herman Melville. La edición no es todo lo buena que se desearía, claro (de hecho, ni es un libro: es un objeto sin ISBN ni editor), pero está el texto completo y bien traducido, y a fin de cuentas es lo que importa... Y ya sé que esconde mucho más de lo que aparenta en cuanto a referencias y metáforas y cosas de ese tipo, pero yo decidí tomármelo por la vía de las aventuras marinas (soy un apasionado de la navegación a vela) y entender lo que buenamente pudiese.

Y sí, lo he disfrutado muchísimo, a pesar de ser un tanto pesado a veces. Es innegable que Melville debía ser el hombre que más sabía de ballenas en el mundo (al menos, a nivel teórico), y aunque sus descripciones son a veces un tanto plomizas, sí que se leen con gusto porque su estilo es fluído y más que eficaz, lo mismo que el motivo y el argumento central... Y es curioso que a pesar de ser uno de esos libros que exigen determinación para ser leídos (muchos se llevarán las manos a la cabeza ante esta afirmación, pero estoy bien convencido de que no serán muchas las personas que disfruten cada página de este libro en sí misma: repito que es un excelente libro, pero repito también que hay que ponerle fuerza de voluntad, lo mismo que a "La Ilíada" o al "Fausto" de Goethe, que también he leído), se hace tan fluído y tan imprescindible que al final acaba uno echando de menos al Pequod, a Ahab y a Ismael, A Strubb y a Starbuck, y a todos los demás... como digo, no hay duda de que es una gran novela.

Por otra parte, sus explicaciones de la caza de ballenas y el tono general del libro son una verdadera fuente de inspiración para mis propias obras... y sólo por eso, siempre vale la pena leerlo.

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