Mi relación con Alejandro data de largo, y los aspectos con ella son tan intrincados que sin duda merecen una entrada aparte en el blog que se irá construyendo según las circunstancias... Por el momento, y refiriéndome al apartado puramente literario, baste decir que en el verano de 1997 mi propio padre me dejó un libro que cambiaría mi vida para siempre, y no es un tópico: era "Psicomagia, una terapia pánica", de Alejandro conversando con Gilles Farcet, y editado por Seix-Barral. A partir de aquella primera lectura, perseguí a su autor hasta conocerle en persona, conseguí conocerle y que me diese un acto de psicomagia cuando todo esto estaba en pañales (ya hablaremos, ya hablaremos...), y después de eso le he ido viendo periódicamente en cursos de sanación de distintos modos y facetas... y puedo atestiguar que sí, que su visión del mundo me ha cambiado la vida. Y si nos limitamos a hablar únicamente de sus libros, tengo que decir que su literatura de sanación me sigue resultando, sobre todo, fresca y divertida: cada vez que leo un volumen de su obra en cuentro algo que me hace seguir adelante, porque sin duda este tipo sabe un rato del alma humana y de las cosas que en ella hierven...
En el caso que nos ocupa, "Cabaret Místico" es un libro editado por Siruela en el 2006 (como capricho de bibliófilo, me gusta tener únicamente primeras ediciones de la obra de Alejandro... además de que suelo tener prácticamente todas las ediciones distintas que hay de sus libros), y su contraportada explica muy bien de qué va:
"En Cabaret místico se da estructura a los encuentros que, desde hace años, Alejandro Jodorowsky viene manteniendo con el público que acude a sus conferencias. Más de un centenar de chistes e historias iniciáticas le sirven de base para analizar al ser humano de su
Podría sonar tópico, pero nada más lejos de la realidad... porque el libro es precisamente eso, un puñado de chistes comentados por alguien que nos hace pensar de verdad (son esos los verdaderos comentaristas de cualquier obra, aquellos que arrojan luz y nuevos puntos de vista sin tratar de encerrarla en definiciones estúpidas o visiones deformadas), y cuyas páginas tocan fibras sensibles. Hay tanta información y tantas situaciones que no hay página que no nos haga plantearnos preguntas del tipo: ¿soy yo así, o de la otra forma? ¿Me identifico con esta situación? ¿Me molesta lo que leo? Y no, no es uno de esos libros de "aprenda vd. a sanar su vida en diez preguntas y con receta de bizcocho", de los que aconsejan "levántese por la mañana y respire hondo pensando que los angelitos revolotean en torno a su cabeza y todo es amor"... de hecho, si los libros de Alejandro siguen teniendo vigor, es porque son serios y tratan temas muy serios. Lo cual, ni mucho menos, significa que sean ni aburridos ni pretenciosos...
Y sí, tengo que comprarme un escáner... sigo en ello.
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