Continuamos poniendo orden en el estudio de trabajo, y siguen apareciendo cosas que sorprenden incluso a quien esto escribe... Una de las últimas piezas en caer ha sido nada menos que el catálogo de la exposición dedicada al fotógrafo Robert Mapplethorpe que pudimos ver en Es Baluard hace no mucho (incluso le dediqué una de las columnas de “Última Hora”, como no podía ser menos). Para celebrar tamaño evento, no sólo fui a visitarla y a disfrutar de ella en riguroso directo (no podía perderme de ninguna de las maneras esas dos instantáneas de Patti Smith, entre otras cosas), sino que además tuve el placer de hablar en “Sabàtic” con Cristina Ros, la directora del museo (y una persona de la que siempre he alabado sus artículos en prensa, puesto que considero que escribe muy bien), y de que además fuesen tan amables de regalarme un ejemplar del catálogo...
Ahora, después de leer las explicaciones y demás (que tampoco son demasiadas), he disfrutado de nuevo con la obra de este hombre que sabía de sobra qué era la belleza y dónde buscarla, que nunca se preocupó de dónde estaban los límites entre erotismo y pornografía y en cambio sí de dónde estaba el Eros (que a veces se esconde en sitios tan insospechados como los pétalos de una flor). Todo un deleite para los sentidos, desde luego... y creo que no descubro nada a nadie que no haya visto alguna vez alguna de sus magníficas obras.
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