En agosto, todo se paraliza y se ralentiza... pero precisamente con ánimo de espolear un poco la cosa, rescato las tres columnas publicadas en “Última Hora” el mes pasado, antes de que se me junten con las del presente (por cierto que en una de ellas hablo nada menos que de nuestro querido Jodorowsky).
-“Eros y orgullo”: viernes, 3 de julio de 2009.
En pleno siglo XXI, después de tanta vicisitud, por fin podemos celebrar como mandan todos los dioses el día del orgullo, un 28 de junio de hace ya cuarenta años donde la gente se cansó de sufrir represiones (que incluían leyes como la de vestir, como mínimo, tres prendas propias del sexo correspondiente... y que venga un legislador a explicarnos cuáles son esas prendas) y decidió rebelarse para montar fiestas y de paso reivindicar la libertad, que siempre es buena cosa. Así pues, desde hace casi medio siglo, asistimos los días como estos a desfiles y pasacalles en los que se pregona lo propio y se ensalza la lucha mezclada con diversión y visibilidad...
Y no he utilizado ninguna palabra que designe a la pareja de individuos del mismo sexo, precisamente porque contrariamente a lo que piensan muchos, eso no es lo más importante: lo más importante es que estos días, gentes variopintas y tradicionalmente consideradas “diferentes a los demás” se juntan para celebrar su propio Eros, al tiempo que celebran también un Eros que va mucho más allá de calificaciones y de etiquetas...
Porque si para algo debe servir todo esto, es precisamente para integrar, y no para excluir: como bien dijo Alejandro Jodorowsky (reconocido amante del género femenino) cuando quemó un armario en las pasadas fiestas de San Juan en Barcelona, “no hay ningún armario del que salir”. No, sólo hay una libertad que celebrar, una condición que celebrar, un Eros que celebrar... precisamente porque todos tenemos una libertad, una condición, y un Eros que celebrar, sean nuestros gustos los que sean, que eso no es lo importante. Lo importante, aunque pueda parecer obvio, es disfrutar todos juntos, cada uno con sus propios gustos... precisamente porque cuanto más libres sean un grupo de personas (sea cual sea su tendencia, mientras no atente contra nadie), más libres seremos como sociedad.
-“De los senos y su visibilidad”: miércoles, 8 de julio de 2009.
Tribunales supremos mediante, parece ser que una conocida revista aficionada a publicar fotografías de mujeres enseñando la parte superior de su cuerpo (ya sea cobrando por ello o sin su consentimiento explícito) ha salido indemne de las acusaciones de publicar precisamente eso, unas fotos que muestran a una modelo haciendo topless en una playa. La mencionada propietaria de los mencionados senos se indignó cuando vio dichas fotos en dicha revista, porque ella no había autorizado su realización ni su publicación de ninguna de las maneras, y presentaba todo el asunto como un atentado contra la intimidad personal...
Y sin embargo, una vez más, los magistrados de la ley nos han sorprendido... porque han sido ellos quienes le han tenido que explicar a la señorita (y de paso, al resto de la sociedad, sea famosa o no), que exponer cualquier parte del cuerpo a la pública visibilidad implica justamente eso, la pérdida (voluntaria) de la intimidad, puesto que es algo que todo el mundo está viendo por decisión propia de la portadora...
Aunque de todas formas, lo más importante del tema es que el cuerpo en general (y los senos en particular) es algo verdaderamente bello, que además siempre se ha considerado como tal, y que en realidad tendría que ponderarse en lugar de ser objeto de escándalo infantil. Debería ser precioso que dicha modelo hiciese topless bien orgullosa de sus atributos, y debería ser precioso que se sintiese orgullosa de verse a sí misma en una revista que desde luego pretende ganar dinero, sí, pero que por otra parte está ayudando a mostrar esa belleza al resto de los mortales...
El día que dejemos de avergonzarnos de nuestros senos (o de nuestro pene, o de cualquier otra parte del cuerpo), habremos avanzado mucho... pero mientras tanto, estamos contentos de que no sea delito ni enseñarlos ni distribuirlos.
-“La homosexualidad ya no es delito”: miércoles, 15 de julio de 2009.
Según a qué personas, podría parecerles un titular pasado de rosca... y sin embargo, en un mundo globalizado en el que vivimos, esta es una noticia que siempre alegra el día. Por eso estuve pero que muy contento cuando hace poco desperté sabiendo que, finalmente, la homosexualidad ya no se considera delito en La India.
Y es que el tema tiene miga, porque el asunto es mucho más complicado de lo que pueda parecer a primera vista: en términos estrictamente legales (ya que personas homosexuales ha habido y habrá siempre, por mucho que les pese a algunos), el juntarse con personas del mismo sexo era delito en el país hindú nada menos que desde 1860, herencia por supuesto de los colonizadores británicos (y que también servía, entre otras cosas, para condenar prácticas como el sexo oral entre adultos homo o heterosexuales). Teniendo en cuenta que un texto tan básico como el “Kama Sutra” (que por si alguien no lo sabe es de procedencia y autoría hindú) acepta y regula las prácticas homosexuales (entendiendo precisamente que se trata de algo natural), que en nuestros días es muy habitual ver a personas travestidas incluso en las zonas rurales de ese país, y que hacía ya muchos años que nadie había sido condenado por ello (precisamente porque a la mayor parte de la gente le parecería una estupidez hacerlo), la ley que se acaba de derogar (aunque en realidad ese es un paso formal que aún no se ha dado, pero que ya no constituye ningún obstáculo efectivo) es un simple formalismo, cargado eso sí de poderosa fuerza y significado.
La homosexualidad ya no es delito, sí, y esa es una gran noticia, aunque haya unos cuantos fanáticos (que no muchos, afortunadamente) que no estén de acuerdo... tanto en La India como en el resto del mundo.
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