martes, 16 de junio de 2009

"La Ruta del Té" (Catherine Bourzat / Laurence Mouton)

Un lugar tan bueno como cualquier otro para empezar a poner orden, es hablar del último de los libros leídos, que pedí a la editorial para comentar en el “Sabàtic” pasado (sí, a eso tengo que dedicarle una entrada bien extensa...). Lo tenía desde hace unos mesecillos, y a pesar de que desde el curso con Cristóbal sigo una dinámica de lectura diferente (sí, también tengo que dedicarle un buen post a eso... todo llegará), precisamente me apetecía darle un buen mordisco... y aunque es un tanto amplio de volúmenes, me lo llevé en el bus y lo he liquidado en un tiempo récord.

“La Ruta del Té”, escrito por Catherine Bourzat e ilustrado con fotografías de Laurence Mouton, está publicado por la editorial Océano, y es un diario de viaje de estas dos francesas que se dedican a hacer una de esas cosas que a mí me chiflarían, pero que no me chiflan lo suficiente como para intentarlo por mí mismo: recorrer sendas y rutas de la maravillosa planta desde China y Japón hasta La India y Birmania, pasando por Taiwán y Sri Lanka, claro... Todo un viajecito lleno de altibajos y de oportunidades magníficas, del cual podría yo disfrutar como un camélido sin ningún problema: de sobra es sabido mi sobrada (valga la redundancia) adoración por el té, y eso de visitar lugares y fragancias extrañas me encantaría sobremanera... aunque como ya digo, no soy un experto para poder apreciarlo como se merece.

Y en cuanto al libro... pues un poco lo mismo. Desde luego, está muy bien, y es un hermoso trabajo documentado y bastante riguroso... aunque no puedo dejar de decir que se queda un poco escaso en cuanto a información detallada (tengo otros volúmenes sobre té que aclaran muchísimas más cosas con muchas menos experiencias), y que tal vez sea culpa de la traducción, pero el estilo de escritura de la señorita Bourzat (y que me perdone si lo lee) es bastante escaso. Siempre he pensado que una buena documentación lo es todo a la hora de escribir bien... y mira por dónde, este libro me ha hecho revisar muy mucho ese planteamiento, que puede que tuviese que ver con mi eterno problema de infravalorar mis propias capacidades: no sólo es cuestión de documentación (sobre lo cual nada hay que objetarle a este libro: sin ir más lejos, me ha enseñado cómo distinguir un auténtico Darjeeling, y cómo ponerle el agua a 80º para que suelte todo su esplendor... y cierto que funciona muy bien con mi té de Harrod’s del año pasado), sino también de estilo, y de forma de ver las cosas. Estoy bien seguro de que yo mismo, haciendo ese viaje y sin saber tanto como saben ellas dos, construiría un volumen de más agradable lectura... y lo siento si peco de pretencioso (a lo mejor es sólo envidia, jejeeee...).

Pero no, ni una queja, qué demonios: siempre es un placer leer sobre té, y más en este formato y con fotografías tan chulas... En la recámara todavía me queda algún libro sobre el tema que aún no he leído: a ver qué día le doy un mordisco.

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