viernes, 19 de junio de 2009

"La Mano Izquierda de la Oscuridad" (Ursula K. LeGuin)

Continuamos poniendo orden... y lo hacemos comentando una de las últimas lecturas, que amenizó mi viaje por Alaska además de las esperas en los aeropuertos (sirviéndome además para hablar de él en el último “Sabàtic”, como apuntaba hace unas horas): “La Mano Izquierda de la Oscuridad”, de la gran Ursula K. LeGuin, en una preciosísima edición a cargo de Minotauro (su editor, José López Jara, nos comentaba que ellos creen muy importante ofrecer un producto atractivo también desde el punto de vista del continente... y les doy la razón).

Nuevas aventuras de los mundos del Ecumen, centradas en este caso en un planeta de invierno casi perpetuo y en su población: humanos asexuados o hermafroditas que sólo muestran sus atributos sexuales (y sus deseos sensuales) en una determinada etapa de celo (o kémmer, como ellos lo denominan). Todo ello le sirve a LeGuin para trazar retratos particulares de nuestra propia sociedad precisamente mediante la ciencia-ficción, especulando en cómo serían las relaciones entre personas de semejantes características y donde no se diese ni represión sexual ni diferenciación de sexos... Como todos los libros que me he leído de ella, entretenido al tiempo que fascinante.

Y es que la señora LeGuin es siempre una caja de sorpresas: la descubrí gracias a mi madre, que me dejó los dos primeros de Terramar, y a partir de ahí hablé con la gente de Minotauro para volver a insistir en ella hablando del último de relatos cortos de Terramar, de “El Cumpleaños del Mundo y otros Relatos”, y de otro más que también leí pero cuyo título no recuerdo (una vez que los acabo, se los regalo a mi madre). Es una escritora “profunda”, llena de capas misteriosas y trabajadora como ella sola, con una riqueza erótica espectacular (les saca un partido a las relaciones humanas mucho mayor que muchísimos autores de literatura erótica convencional... y eso es todo un mérito, además de todo un placer), y que una vez que te engancha ya no te vuelve a soltar... Es, sin duda alguna, todo un honor poder leer libros como estos: de momento no tengo ya ninguno pendiente suyo, pero no sería raro darle un mordisco al Terramar completo, tanto para disfrutar como para aprender...

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