lunes, 22 de septiembre de 2008

I am the walrus

Le voy cogiendo el tranquillo a esto, y también el gusto, mira por dónde... Siempre pensé que cuando escribía mi diario lo hacía como si alguien lo estuviese leyendo por encima de mi hombro, pero escribir directamente pensando que cualquiera puede leer lo que estás diciendo es toda una experiencia...

A lo que iba: este pasado julio me fui con mi hermana dos semanas a London, a mejorar mi inglés a la St. Albans School (que por cierto es más que recomendable) y a pasear por la City, a ver qué me encontraba. Uno de los lugares visitados fue The Beatles Store, en Baker Street, y allí pregunté por curiosidad si existía en single una de mis canciones favoritas del grupo... y mira por dónde, apareció esto.

(bueno, la foto se ha colocado arriba... fallos de novato, pero para el caso es lo mismo)

Así es: "I am the walrus", original de 1967, por el módico precio de 8 pounds (es "from the television film "Magical Mystery Tour"", y en la cara b está otra canción chula como es "Hello, Goodbye"). Esta es una canción que siempre me ha gustado muchísimo, desde su letra ácida hasta el ritmo loco que tiene, cada vez que la oigo es una subida de locura sana que me hace flotar en la imaginación más delirante... Precisamente en London, mi hermana Luci me dio a conocer la curiosa película "Across the Universe", que tiene momentos buenos y momentos geniales... y uno de los momentos geniales es precisamente la interpretación que hace Bono, el de U2, de esta canción:

http://es.youtube.com/watch?v=vTqcpmbuE7Q

Increíble, ¿no? Además, hay un minúsculo homenaje al gran Hunter S. Thompson.

Por cierto, la versión de Jim Carrey no me parece tan memorable como debería, y lo mismo digo de la de Oasis.

Y además de eso, tenía otra buena razón personal para comprarme algo así: en segundo de bachillerato, con 18 años, visité la casa de mi profesor de historia del arte Jordi Vidal Reynés, quien en aquel momento era un profe y un modelo a seguir y hoy es un amigo... y allí, en una de las paredes, colgaba el single original de "Can't buy my love". Me pareció un buen símbolo de libertad, una manera anarquista de conservar un objeto de coleccionismo que yo en aquel momento hubiese guardado bajo llave, en aquella casa de Posada de la Real llena de discos y de monedas antiguas y de aroma a Pink Floyd...

Así que hoy, yo me compro mi single favorito, y yo lo cuelgo en mi pared.

Sitting in an English garden, waiting for the sun...

1 comentario:

Jordi Vidal Reynés dijo...

Un saludo de tu profesor de Arte, Jordi Vidal.
I'll see you in the dark side of the moon.