domingo, 19 de abril de 2009

La colección "Penácaros" (Editorial Picu Urriellu)

Y relacionado también con este último viaje a Asturies, tenemos que hablar un poco de libros... porque nuevamente he pasado por Fechaladrona para revisar mi depósito de mercancías (allí se fue el grueso de mis cosas en el año 2001, cuando me separé de Glauca), y viendo aquella cantidad de libros de los cuales muchísimos de ellos son del todo prescindibles, imaginé que algo tendré que hacer con ellos llegado el momento. Y la respuesta llegó sola: los donaré a la biblioteca de Cerredo (que hoy día aún está en construcción), para que los de allí puedan leerlos y disfrutarlos igual que yo lo he hecho. Después de todo, ya es algo que había decidido hacer antes, pero ahora más aún... aunque antes de eso, me gustará escribir algo sobre cada uno de ellos y dejarlo aquí, como una especie de colección que incluirá las portadas. Después de todo, y a pesar de todas las vicisitudes de la vida, me gusta apuntar cada libro que leo...

Precisamente, dos han sido los libros que he podido leerme en el viaje, uno de los cuales estaba en el piso de la estantería de aquí... así que menos espacio ocupado, que siempre viene bien. Y hablando de comentar, creo que nunca había hablado de ninguno de ellos en ningún diario, así que ya que estamos los pondremos todos (voy a colocarlos por orden de lectura), y luego ya iremos comentándolos uno a uno a medida que los vayamos disfrutando...

La colección “Penácaros”, de la Editorial Picu Urriellu, es un conjunto de volúmenes que recoge temas astures de mayor o menor trascendencia, escritos de peor o mejor manera, pero muy bien editados (para los tiempos que corren, son una preciosidad), amenos al tiempo que profundos (se nota mucho que están escritos por gente que disfruta con su oficio... y es que una colección así no se puede hacer de otra manera), y una verdadera delicia que conviene tener en cuenta. Siempre los había visto en el aeropuerto y apetecía comprar alguno, y cuando empecé con ello, me di cuenta de que lo mejor es llevarlos allí para leerlos mientras estás en la tierrina de vacaciones, con calma y las sonoridades astures dando vueltas a la cabeza... y así lo he hecho esta vez, y el resultado es delicioso. Además, no cabe duda de que están llenos de informaciones de lo más interesantes...

-“El Azabache” (nº 11), de Valentín Monte Carreño: el primero que tuve. Se lo robé a papá a ver qué era, y me sorprendí de la exhaustividad del asunto y de lo claros que quedaban conceptos y temas relacionados con usos y costumbres de la piedra en cuestión. Además, las fotos que incluye son de lo más curioso e interesante.

-“Simbología Mágico-Tradicional” (nº 6), de Alberto Álvarez Peña: lo compré en Cangas del Narcea, y me encantó por todas las historias referentes a símbolos, sobre todo las rosas hexapétalas, triskeles, cenefas y demás. Es una verdadera preciosidad, que además reproduce múltiples diseños para que cada uno los dibuje donde más le guste...

-“Nombres y Apellidos Asturianos” (nº 7), de Enrique Campomanes Calleja: fue el primero que me compré en el aeropuerto, y es un listado muy completo con estudios de orígenes, escudos y cosas varias. Me encantó descubrir apellidos como “Dago” o nombres como “Deva”, de lo más poéticos y desconocidos.

-“Asturias y su Historia” (nº 4), de Enrique Campomanes Calleja: el primero de los que me he leído en este viaje, que ya tenía del viaje anterior. Bastante más ameno que los libros de su clase (es decir, que los libros de historia al uso) aunque muy ligero, pero precisamente lo que yo no quería eran cosas más pesadas. Me ha encantado enterarme de la etimología probable del nombre “Asturias” (que parece ser que se refería al río Astura, el actual Esla leonés, y que significa “agua agua”, de las palabras protohistóricas “asta” y “ura”), y también desmitificar un poco el asunto de Covadonga... aunque tengo muchas ganas de volver por allá, a ver qué hay de cierto en la energía del lugar.

-“Mitos y Leyendas Asturianas” (nº 9), de Alberto Álvarez Peña: como del anterior me había leído más de la mitad en el avión, decidí comprarme otro nada más llegar (en realidad, fue una excusa perfecta, jejeee...), y me decidí por este. Hay algunas que parecen contadas por niños pequeños (y resultan de lo más pueriles), pero hay otros cuentos que sin duda son interesantes, como los referentes a los cuélebres.

Y de momento, así estamos: tengo otro en la estantería que irá para allá en el próximo viaje, y veremos qué tal está de extensión. Y por cierto que un día de estos tengo que pasar por la editorial a saludarles (que además está justo al lado de casa de mamá en Gijón): hay que felicitar a gentes como estas, que trabajan tan bien por prácticamente nada (bien seguro estoy de que pocos somos quienes compramos estos libros), y rescatan tesoros que de otra manera se perderían en el olvido...

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