Ningún mes debería empezar así, ni tampoco ningún post... pero las cosas ocurren de estas maneras.
Apenas puedo decir otra cosa que esa: el Valhalla, nuestra cervecería favorita, punto de venta del “Antídoto” (cada vez más creo que la mejor alternativa va a ser la librería Gotham) y lugar de reunión de buenísimos amigos, ha cerrado finalmente... después de una fiesta épica la noche de ayer. Es una verdadera pena...
Un abrazo, Juan Carlos, y muchas gracias por estos cinco años de un bar que ya nunca podremos olvidar. Nos despedimos de ti a nuestra manera (en mi caso, comprando la calavera de la imagen, pintada por tus propias manos)... y tú también a la tuya.
Y mientras tanto, y a pesar de todo, la vida continúa...
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