He abierto la caja de Pandora...
Curiosas, las decisiones mismas de la vida: hablaba aquí mismo hace poco de lo que yo llamaba "el cajón beat", allí donde guardaba unos cuantos volúmenes de lecturas postergadas... y mira por dónde, no he aguantado más. Como diría Alejandro, "hay un instante preciso donde el mundo es maravilloso: ahora", así que basándome en esa premisa decidí romper el sello de polvo del etéreo cajón y comenzar la lectura de los volúmenes, además de embarcarme en un proyecto personal que espero que haga mucho ruido en mi alma... y del cual ya hablaremos a su debido tiempo.
Por el momento, desentierro un sueño tan viejo como mi misma existencia: la finalización y lectura de una colección de libros que me pertenecen por derecho propio, como es la de Star Books. Para el que no lo sepa, allá por mediados de los 70' (es decir, cuando yo nací), un espíritu inquieto se dedicó a publicar obras malditas por primera vez en España (entre ellas, muchos libros de la beat generation), y otro espíritu inquieto se dedicó a coleccionarlas porque tuvo la suficiente lucidez como para entender que eso era algo especial... El espíritu inquieto publicador era el fundador de "Producciones Editoriales" (quien publicaría también la revista "Star"), y el espíritu inquieto lector, mi padre: compró algunos, leyó unos cuantos, perdió otros, dejó de comprar unos pocos... y cuando yo tenía quince o dieciséis años y empezaban a gustarme The Doors, me puso en las manos nada menos que la única edición española que existía en aquel momento de "Señores y Nuevas Criaturas", uno de los poemarios de Morrison. Me gustaba tanto aquel libro como objeto en sí mismo que lo llevaba siempre encima, en un bolsillo de la cazadora que parecía hecho a propósito...
Cuando crecí un poco más, descubrí a Burroughs y a la beat, y volvió a darme alguno ("El libro de los sueños" de Keroauc, que recuerdo como un peñazo, o las "Cartas del Yage", por hablar sólo de los de la colección). Y con los años, fue dándome el resto: supongo que hay mucho de generacional en este asunto, y sus gustos pasaron a ser otros entendiendo que ya era hora de que yo tomase el relevo de una literatura que a él le había abierto los ojos en muchos sentidos...
Con mis líos de casas y viviendas y mandangas, no he juntado aún todos los que tengo, pero ahí está la foto de los que ahora mismo tengo aquí, en mi poder, en Palma (a los que se suma el último de la colección, "Basketball diary" de Jim Carroll, el número 37 que me acaba de llegar por correo y que me ha costado 20 euros en una librería valenciana... comprándolo por internet, claro):
Y lo dicho, hasta ahora mismo formaban parte de la pila del cajón beat... pero a partir de ahora, ya no: hablábamos antes del aspecto generacional, y algo en mi interior me dice que o lo hago ahora, o ya tendré que pasárselos a la siguiente generación (sea la que sea). Vivencias varias me han enseñado que es muy importante hacer las cosas cuando se tienen verdaderas ganas... porque con el tiempo, las ganas a veces se agotan a pesar de que el deseo atávico siga ahí, como si te doliese una herida que ya hace tiempo que cicatrizó y desapareció de la piel y por lo tanto ya no está pero sigue doliendo. Que o los leo ahora o ya no lo haré, y que me muero de ganas desde hace mucho, vamos...
En fin, a lo que íbamos: que ya me he leído uno de ellos, y que aparte del proyecto que dará que hablar, lo comento aquí como siempre. Tiene un título de lo más sugestivo: "No tengo boca y debo gritar", de Harlan Ellison, y es una colección de relatos de ciencia-ficción (sí, la colección Star Books es de lo más heterodoxo y variopinto, para quien no lo sepa) de un tipo que está como un rebaño de cabras pero escribe muy bien. Es curioso leer toda esa imaginería espacial de los 70' ahora, viendo semejanzas entre el ordenador AM y el Skynet de "Terminator" (el autor dice que se lo copiaron descaradamente) o cosas que, de tan raras, casi ni se entienden. Hace años yo le daba vueltas al concepto de la "metanovela", poder llegar más allá en la escritura creando libros de estructuras complejas (llegué a escribir algún libro así, que por supuesto está sin publicar), y la verdad es que con Ellison casi podríamos hablar de "metaliteratura", es un estilo de lo más curioso donde prima mucho más el sentir que no el entender lo que está pasando... En fin, una experiencia curiosa y enriquecedora, aunque tampoco lo suficiente como para leer nada más de él.
Por cierto: que yo haya comprobado, esta sigue siendo la única edición española del libro, y yo la he heredado de la colección de papá... y afortunadamente, porque no he localizado ninguna copia disponible en ninguna librería de la red. Curioso, curioso...
Seguiremos informando...
Ah, y se admiten donaciones, tanto de libros como de dinero para finalizar la colección...
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