En marzo, la Alhambra nos espera...

Cumplido el viejísimo sueño de escribir una entrada por día en el blog durante todo un mes, me deleito con descanso a mi manera y me regocijo de ver el montón de “pendientes” absolutamente eliminado, lo cual no es poco ni mucho menos. La constancia de haber vuelto a estudiar está dando sus frutos, en todos los sentidos... aunque hablando de eso, a ver qué día nos dicen las notas del primer cuatrimestre, y nos dan una alegría (o eso espero).

Mientras tanto, enredados seguimos (que no perdidos) en nuestra Tierra Incontable, puliendo el Círculo Segundo al tiempo que planeamos el próximo viaje a la bella ciudad de Granada, donde espero poder ver la Alhambra de cerca (que de lejos, seguro), aunque a trabajar voy, con el siempre sano objetivo de vender más y más libros en estos tiempos difíciles. Los dioses nos acompañen...

Y lo demás, sobrevivir, que no es poco. Esperar a la primavera, aguardar a que el calor llegue de una vez, y continuar con esta vida estudiantil al menos unos meses más. Las cosas se van poniendo en su sitio, y la nieve debe caer antes de derretirse...