Descansemos un poco de tanto single, colgando las dos columnas que salieron publicadas en el periódico “Última Hora” el pasado mes de abril, y completaremos la información con la excelente noticia de que han publicado otro de mis artículos en el “Diari de Balears”, dedicado a Jimi Hendrix, el día 30. En concreto, aquí:
http://dbalears.cat/arxiu/pdf/1286/6
-“Sensual Silvio Cadelo”: jueves, 7 de abril de 2011.
Uno de los placeres que oculta la compra y conservación de distintas obras en distintos formatos (y ya me gustaría a mí pillar a aquel que dijo lo de “el saber no ocupa lugar”, porque seguro que no tenía una biblioteca tan densa y tan caótica como la mía) es el de reencontrar pequeñas maravillas que hacía tiempo no se revisaban con detenimiento... y éste ha sido el caso con Silvio Cadelo, ilustrador y artista de cómic de origen italiano, cuyas alucinógenas viñetas teñidas de brillantes tonos pastel nunca han sido capaces de pasar desapercibidas para nadie.
En esta ocasión, las obras que han aparecido entre mis muchos álbumes han sido las netamente dedicadas a Eros y publicadas en nuestro país por Ediciones La Cúpula: una muy particular versión de Alicia y su viaje al País de las Maravillas (titulada “Alicia, la perversa”, y que apareció serializada en la revista “El Víbora” allá por el número 115) y el tomo “La Flor Enamorada”, definido por su autor (con justicia) como “el primer cómic erótico-botánico de la historia”. Y aunque los dos sean fáciles de imaginar simplemente con las premisas dadas aquí, ocultan en su delicado interior muchos más secretos de los que puede parecer a primera vista.
Porque Cadelo, el siempre sorprendente Cadelo, no sólo juega con las ideas de una realidad imposible retorciéndolas hasta el más surrealista de los absurdos, sino que además es capaz de hacernos entrar en el juego y convertirnos a nosotros, lectores, en parte integrante de aquello que nos está contando, provocándonos ese deseo tan prohibido de volcarnos de forma total y directa en el interior de sus páginas para poder disfrutar así de unos placeres tan diferentes que ni siquiera son capaces de ser catalogados...
Ya se sabe que la originalidad en el Eros es siempre un bienvenido valor añadido... y Cadelo lo sabe de sobra, y por eso consigue serlo admirablemente.
-“Eros y psicología”: jueves, 28 de abril de 2011.
Hay noticias que parecen haber sido escritas específicamente para mí: ojeando distraídamente una publicación que no viene al caso, me encuentro con la historia de Sarah White, psicóloga neoyorquina de 24 años, que ha decidido ofrecer un estímulo adicional a sus pacientes para que de esa forma acudan puntualmente a sus citas terapéuticas... y ese estímulo consiste, nada más y nada menos, que en atenderles vestida al principio de la sesión, para ir quitándose poco a poco la ropa hasta quedarse tal y como los dioses la trajeron al Mundo.
Las declaraciones de la profesional en cuestión son verdaderamente dignas de elogio, ya que dice textualmente que “si ofrecerles [a los pacientes] algo que les resulta excitante ayuda a que acudan a las terapias, bienvenido sea. Me agrada que el desnudarme les ayude”. Por supuesto, habría que conocer también el grado de capacidad (terapéutica) de la chica en cuestión, ya que a la vista de las fotos que circulan por la web, lo que está fuera de toda duda es la impresión (favorable) que de seguro causa a (casi) todos los que acuden a verla...
Pero poniéndonos un poco más serios, es necesario recordar que hasta no hace muchos siglos eran bastantes las culturas que ofrecían el cuerpo desnudo en distintas profesiones (y muchas veces, no era tanto para estimular como por comodidad: de hecho, está documentado que los carniceros del Antiguo Egipto trabajaban y atendían a su clientela de esa forma, lo mismo que los atletas de la Antigua Grecia), y que todos los comentarios que ha suscitado el asunto han sido cuanto menos sorprendentes (entre los que se cuentan muchos que han tildado a la buena mujer de “profesional”, pero de otros campos distintos)... y sin embargo, nadie se ha ocupado de decir que, ciertamente, la belleza (femenina, en este caso) siempre resulta un poderoso estimulante para la curación de cualquier dificultad.
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