martes, 30 de agosto de 2011

Columnas "Última Hora" julio

Todo indica que parece que toca despedir el mes, y si no colgamos las columnas de julio hoy, habrá que hacerlo el mes que viene... así que allá van:

"El sexo en el siglo XXI”: jueves, 14 de julio de 2011.

Ese es el sugestivo título de un documental emitido hace poco en la televisión pública, y desde luego, decidí echarle un vistazo para ver qué enfoque le habían dado a una cuestión semejante en estos últimos diez años en los que parece que todo ha cambiado demasiado deprisa... y finalmente, constaté lo de siempre: lugares comunes, tópicos habidos y por haber, encuestas a las que se les puede dar la vuelta con facilidad, y la siempre pasmosa falta de información de amplios sectores de población (a estas alturas, sí: luego dicen que yo dedico demasiados pensamientos al asunto, pero está claro que otros le dedican demasiado pocos).
Pero hete aquí que algo sí me sorprendió, y para bien: fue la disertación de la psicóloga y sexóloga Rosario Castaño, quien hablaba de los efectos de cierta píldora que ayuda a paliar la disfunción eréctil masculina, y de la cual dijo, textualmente, que “tiene que haber deseo sexual para que el Viagra funcione”. Es decir, que la pastilla en cuestión ayuda a hacer el trabajo, pero no lo hace por sí sola, porque es necesario que el hombre que la toma desee realmente a la persona con la que va a tener una relación íntima... y eso demuestra una vez más la fuerza intrínseca del Eros, capaz de ser ayudado por la ciencia médica, pero jamás sustituido por ella. Como mínimo, da que pensar...
Aunque por otra parte, también da que pensar el hecho de que precisamente por eso haya muchas veces que la milagrosa píldora no funcione tan bien como debiese, para consternación de muchos (y muchas).

-"Desnudos urbanos”: jueves, 28 de julio de 2011.


   Hace poco, estuve dándome una vuelta por Madrid, una ciudad que hace no demasiados años consideraba (por qué no decirlo) un tanto retrógrada. Vagando un día por un parque cualquiera, me senté en un banco para disfrutar del sol, como tantas otras de las personas (de todas las edades) que allí había: y muy cerca de donde yo estaba, había un chico de mi edad que visiblemente había estado patinando. Se había quitado los patines, y también la camiseta... y ataviado únicamente con un pantalón muy corto, se tostaba tranquilamente, y sin que nadie le importunase por ello.
   Más tarde, recorriendo la Feria del Libro, vi a un turista extranjero con una de esas mochilas de tantas cintas que sostienen un bebé a la espalda: de cintura para arriba, el hombre no llevaba más que dicha mochila, pero aun así, no vi que nadie se acercase para interpelarle de ninguna manera.
   En cambio, hace unos días, vi por televisión a una chica tumbada en un parque de Barcelona, vestida con un pantalón y un bikini, tomando el mismo sol que el chico tomaba en Madrid... con la diferencia de que llegó un policía a caballo y le obligó a ponerse una camiseta sobre el bañador. Porque “alguien” del gobierno de Barcelona (esa ciudad que siempre ha presumido de “moderna”) ha entendido que es indecente.
   Estoy tentado de no volver a Barcelona nunca más, pero al mismo tiempo, también estoy tentado de ir, para pasearme con una camiseta de mangas cortadas y un pantalón muy corto y comprobar cuál es exactamente la talla reglamentaria, dónde estaría el límite en el que me dijesen que no, que vestir así está prohibido. Lo mismo que no hace tantos años les decían a las mujeres que llevaban faldas más cortas de lo debido.
   Lo comentaba en dicha Feria del Libro con un editor: no sé si en este país hace falta una nueva Transición política... pero desde luego, un nuevo Destape no nos vendría pero que nada mal.

Por otra parte, en “L’Espira”, el suplemento dominical del “Diari de Balears”, aparecieron también un par de artículos míos en catalán, que se pueden consultar aquí:


Lo que se dice un mes completito, sí señor.

lunes, 29 de agosto de 2011

Single: "I shot the sheriff" (Eric Clapton)

Trasteando por toda la colección, y poniendo orden en ella, descubro que finalmente ya están todos mis singles de siete pulgadas juntos en un mismo sitio, cosa que a pesar de parecer divertida a primera vista no ocurría nada menos que desde 1997, así que ya iba siendo año...

Cierro pues el comentario de los últimos que se han unido a ella, que fueron también los últimos que daté y etiqueté (algo que ahora mismo ya no me atrae lo más mínimo, a pesar de que reconozco que es divertido poder mirarlo). Y de todos ellos, este fue el último, adquirido según parece en un mercadillo de Oviedo en el convulso verano de hace ahora diez años (y fue un poco caro para los estándares de la época, por cierto): este “I shot the sheriff” versionado por Clapton, como siempre de forma magistral. La canción (versión de estudio de 4’30’’ como la de mi single), acá:
Como se puede ver, es la edición española del mismo, y aunque no lo pone en la contra, la cara B es “Give me strength”, de 2’51’’ (un blues chulo y suavecito). Desde luego, “I shot the sheriff” es una canción que siempre me ha encantado, y no molesta en absoluto tenerla en este formato tan divertido, no señor...

sábado, 27 de agosto de 2011

"Novelas da Erosfera" (Emmanuelle Arsan)

Como decíamos hace poco, continuamos el verano con las lecturas pertinentes de Marayat en idioma portugués, que nos permiten acceder a su vasto y rico mundo de una forma más amplia. Esta vez le toca el turno a la traducción de “Nouvelles de l’Érosphère”, aquella escurridiza colección de cuentos de finales de los 60’ que está traducida a algunos idiomas (italiano, sin ir más lejos) pero no al nuestro (salvo una honrosa y puntual excepción, como veremos después). Vaya por delante el más que sincero agradecimiento a mi amigo el doctor Fernando Blanco, quien me consiguió el ejemplar físico en Brasil hace unos años ya, y gracias a él lo tengo.

Empecemos pues por la ficha técnica y portada de la única edición portuguesa o brasileña de la que tengo constancia de dicho libro, aquí:

-Novelas da Erosfera. (1975)

Primera edición en Brasil de “Nouvelles de l’Érosphère”. Tapa blanda, publicado en 1975 por “Editora Artenova S.A.”. Traducción de Clarice Lispector. Portada de Salvio Negreiros - Studio Artenova: dividida en dos franjas horizontales, siendo la superior de fondo blanco y con las letras “Emmanuelle Arsan” en mayúsculas de color rojo (y bajo ellas, más pequeña y de color negro, la frase “Autora de EMMANUELLE e A HIPÓTESE DE EROS”) y el fragmento de un dibujo de Bertrand encerrado en un círculo (de color verde, muestra a dos de sus criaturas femeninas mirándose), y la inferior de fondo negro y con las letras “Novelas da Erosfera” en mayúsculas de color verde (y bajo ellas, más pequeña y de color blanco, la frase “Nouvelles de L’Erosphere”, y la palabra “artenova” también de color blanco en la esquina inferior derecha). 168 páginas, 13’5 x 20’5 cm.
Como se puede observar comparando la ficha técnica con la de la edición brasileña de “A Hipótese de Eros”, la presente se publicó justo después, ya que se anuncia en la portada que aquélla ya está publicada. Y ambas contaron con la traducción de Clarice Lispector (véase la entrada al blog referente al otro libro), que por lo que he podido comprobar, es más que adecuada.

En cuanto a la traducción española, ya hablé una vez del curioso caso que nos ocupa, ya que lo único que hay traducido aquí es uno de los relatos, como indiqué en la ficha técnica que rescato para la ocasión:

-Partenogonia. (1978)

Única edición en España del cuento “Parthenogonie”, del libro “Nouvelles de L’Érosphère”. Esto no es un libro, sino una revista llamada “Nueva Dimensión” (número 104, publicada en septiembre de 1978 por Ediciones Dronte), y el relato aparece en las páginas 39 a 47 acompañado de una ilustración de Bertrand (que por cierto no concuerda con la de la edición francesa que yo poseo). Traducción de César Terrón (parece buena, y respeta bien los espacios del texto). Portada: negra, con el dibujo de una mujer desnuda saliendo del agua que tiene detrás una enorme cabeza de león (título “Nueva Dimensión” en amarillo, y sobre él en minúsculas y en blanco, “ciencia ficción y fantasía”).
Por último, la edición francesa que poseo y que he utilizado para las pertinentes comparaciones respecto a la traducción es parece ser nada menos que la primera, que Eric Losfeld editó en “le Terrain Vague” allá por 1969, con tapa dura e ilustraciones de Bertrand, y con un curioso texto que dice: “L’édition originale du présent ouvrage a été tirée à 50 exemplaires numérotés et ornés d’une eau-forte de Bertrand. L’exemplaire nº 1 comprend en outre le cuivre de l’eau-forte”. Teniendo en cuenta que mi volumen no va numerado ni nada por el estilo, es de suponer que no forma parte de los 50 ejemplares citados...
Y por cierto, y ya que hablamos de ilustraciones de Bertrand, hay que decir que no creo que estén hechas aposta para el libro, pero es más que probable que la escritora y el dibujante se conociesen y se cayesen bien, ya que la obra inmediatamente posterior a la presente donde encontramos el nombre de Marayat es en el prólogo de “Dessins érotiques de Bertrand”, editado también en el año 1969 (y posteriormente recogido en “L’Hypothèse d’Eros”, como dije en la otra entrada). Por mi parte, la edición que poseo es la inglesa (me la regaló el amigo Emil, y la preferí a la francesa por aquello de poder leerla con más facilidad), que se titula “The Drawings of Bertrand”, editada por “Grove Press, Inc.” parece que en 1974 (al menos, ese dato es el que figura como copyright de la traducción del prólogo). Algunos de los dibujos del volumen de “Nouvelles de l’Érosphère” aparecen recogidos en él, pero no todos, lo que refuerza la hipótesis de que ya existían antes que los relatos (y que nada tienen que ver con ellos). La portada, aquí:
Así pues, y desde el punto de vista de la escritura, estamos ante el primer texto literario de Emmanuelle Arsan tras “Emmanuelle” (y “La Antivirgen”, claro, porque de sobra es sabido que ambos volúmenes son una única novela), y después de haber escrito ensayos más o menos cortos y variados (el más largo de ellos, aquella “Épître à Paul VI” que se publicó en forma de volumen único, tal y como recoge la publicidad de la mencionada edición francesa de “Nouvelles de l’Érosphère”). Son ocho historias, divididas en “Novelas increíbles” (“Amazonogenesia”, “Partenogonia”, “Fusión”, y “Arabia feliz”) y “Novelas verdaderas” (“Amor”, “La felicidad”, “Razón griega”, y “Un tiempo para otra cosa”).

En general, es cierto que no se puede decir que estemos ante la mejor obra de Marayat, porque es apenas un divertimento. Pero sí es cierto que se disfruta, desde el surrealismo de historias como “Amazonogenesia” (con esos oscuros paseos por Venecia de un hombre que acaba sabiendo lo que es ser mujer) o “Fusión”, la ciencia-ficción de “Partenogonia” (con la chica que va a otro planeta para crear todo tipo de seres semejantes a ella misma pero diferentes en sí mismos, y que después de todo sí podría estar influenciado por las alucinógenas imágenes de Bertrand), el divertimento de “Arabia feliz” (un jeque que aprende cosas ya olvidadas referentes al complejo mundo de las cuestiones eróticas), o las sensualidades de las “Novelas verdaderas”, algunas de las cuales prefiguran futuras historias, siendo la más sensual “Amor”, y la más densa (en el buen sentido) “Razón griega” (sin olvidar la curiosa “Un tiempo para otra cosa”, que habla de viva voz del en aquel momento reciente “mayo del 68 francés”). ¿Fue este libro una petición de Losfeld para aprovechar el tirón de la novela original (en plan “haz unos cuantos cuentos actuales de temática actual, y yo los publico”), o por el contrario fue Marayat la que se lanzó a explorar otros terrenos que los del ensayo, donde sin duda ya era toda una maestra respecto a la estructuración de ideas y demás? Con la duda nos quedaremos de momento, e investigando seguiremos...

Con todas estas premisas, pocos han sido pues los extractos que he sacado de esta obra, pero no veo razón para dejar de anotar aquí algunos de ellos:

“Pero creo que es estúpido hacer comparaciones: comparar es comenzar ya a privarse. ¿Y cómo la gente se puede permitir una preferencia, cuando la vida es tan corta para que se pueda aprender a conocer?”

“Los dioses de ese tiempo, corrigió Roman, jamás enseñaban nada, sabiendo que los humanos eran mucho más lógicos.”

“-Yo aprendí de ti que el amor era lo contrario del egoísmo. Ya lo había oído decir muchas veces, pero ahora ya no necesito más de palabras: es en mi cuerpo donde lo siento. Nunca el amor podrá privarme, ni aunque yo lo quisiera. Todo lo que amo y todo lo que es bello se une a mí, se vuelve una parte de mí: yo no dejo de crecer.
Ella lo besa en los labios, y añade:
-No te preguntes quién goza, cuando escuches a quien quiera que sea, o donde sea, gritar de placer: soy yo.”

martes, 23 de agosto de 2011

Single: "Strangers in the night" (Frank Sinatra)

Este single no necesita ningún tipo de presentación, desde luego. Baste decir que era una gran idea lo de meter cuatro canciones en vez de dos, y que es uno de los que conservo precisamente por audición (es decir, que es un gusto escucharlo siempre). El vídeo con una memorable selección de imágenes del jefe Frank, aquí:
Todo lo demás que se pudiera decir, se quedaría corto: simplemente, y como comentaba hace un momento, la respuesta a la típica pregunta “si pudieses escoger el volver a nacer de nuevo y ser otra persona, ¿a quién escogerías?” adquiere matices muy precisos cuando pensamos en este hombre...

miércoles, 17 de agosto de 2011

Single: "Flashdance...What a feeling" (Irene Cara)

Continuando con los singles de los que hablaba ayer, descubro esta joyita que parece ser compré directamente a un vendedor callejero allá por octubre del año 2000 (sí, en ese entonces tenía la costumbre de clasificar estas cosas), de la archiconocida canción de la película, cuyo vídeo musical montado con las imágenes del film es todo un poema ochentero (que al menos incluye parte del baile final, para muchos sin duda lo mejor de la cinta):
Y si bien la canción sigue siendo audible y tiene cierto encanto, lamentablemente no puede decirse lo mismo del trabajo de Moroder (ese “Love theme from Flashdance” que ocupa la cara b), porque lo más suave que se puede decir de él es que se ha quedado un tanto desfasado con los años. Así es mi colección de objetos frikis...

martes, 16 de agosto de 2011

Single: "Teenage rampage" (The Sweet)

Con la posibilidad de haber podido empezar a juntar todas mis cosas en un único y accesible lugar en Asturies, han ido apareciendo unas cuantas sorpresas que se completarán, dioses mediante, el próximo septiembre... y una de ellas han sido un mínimo puñadito de singles vinileros que databan del período en el que viví en Madrid, y no me compré más que unos pocos porque en aquel momento no había mucha afición (y mira por dónde que uno de ellos era la edición española de “Sólo para sus ojos”, pero ya le regalaremos la otra copia a alguien).

Sin embargo, el primero de ellos no es exactamente una compra, sino una cesión: la firma posterior (que aquí reproduzco tapada por aquello de los datos personales) es la de mi padre, y como a él hace ya mucho que no le interesan estas cosas (puesto que es bien seguro que lo adquirió en sus años mozos), pues lo he heredado yo (como bastantes otros que ya irán apareciendo por aquí, siendo este el último de la pila en mi orden particular). Como se puede ver, es nada menos que “Teenage rampage”, del curioso grupo The Sweet (con una historia bien rocambolesca detrás, por cierto), del cual yo ya conocía “The ballroom blitz” de hacía mucho tiempo (de cuando Juan Antonio y yo nos intercambiábamos conocimientos musicales). Canción curiosa donde las haya, y vídeo musical de los sosos, aquí:
Sin duda, eran un grupo colorista en todos los sentidos, y estas dos canciones son buena prueba de ello. Me quedaría sin embargo con “The ballroom blitz” antes que con esta (que además de ser una gran canción, me trae muy buenos recuerdos), pero a caballo regalado, no le haremos ascos, por supuesto.

sábado, 13 de agosto de 2011

"A Hipótese de Eros" (Emmanuelle Arsan)

Aprovecho la (relativa) tranquilidad del verano para ponerme con unas lecturas que, la verdad sea dicha, no tenía pensado realizar en este mismo momento... pero así es la vida, así son los planes, y así procuramos vivirlos. Y desde luego, es cierto tanto que debo varias lecturas a varios volúmenes atrasados, como que debo (mucha) más atención a mi escritora favorita...

De ese modo, he empezado por finalizar (lo había comenzado hace ya tiempo) este “A Hipótese de Eros” que me compré a la vez que la edición portuguesa de “Laura” allá por diciembre de 2007 (según reza la factura) en la lisboeta librería Avelar Machado. Y la verdad sea dicha, la compra fue por pura curiosidad (y por aprovechar los gastos de envío, ya que “Laura” era el objetivo principal), puesto que ya lo tenía (y lo había leído) en castellano. Sin embargo, bastó una ojeada mínima para darme cuenta de que la traducción portuguesa era infinitamente mejor que la española, y por eso decidí ponerme con él.

Así pues, comenzaremos aquí el análisis exhaustivo (con obligada lectura) de los libros de Emmanuelle Arsan que hay editados en portugués o brasileño, y que no sólo son muchos, sino que además complementan magníficamente a los traducidos al español (abriéndome así un abanico más que amplio para poder disfrutar de la obra de Marayat). Empezamos pues por este, y por su ficha técnica (acompañada de la correspondiente portada):

-A Hipótese de Eros. (1975)

Primera edición en Portugal de “L’Hypotèse d’Éros”. Tapa blanda, publicado en marzo de 1975 por “Arcádia” (“Editora Arcádia, S. A. R. L.”) dentro de la colección “Biblioteca Arcádia / Ensaio”. Traducción de Ângela Sarmento. Portada de Luiz Duran / Atelier Arcádia: negra (el fondo) y gris (todos los elementos), con el título en mayúsculas (la palabra “Eros” a mayor tamaño), el nombre de la autora en minúsculas, el logotipo de la editorial (la palabra “arcádia” en minúsculas con una punta de flecha debajo), y la imagen de un grabado que representa una mujer a la que sólo se ve el cabello y las nalgas en un complicado escorzo. 296 páginas, 13’5 x 20 cm.
Sin embargo, la cosa no es tan sencilla ni mucho menos con el idioma luso, ya que nos encontramos con la paradoja de que hay libros editados en Portugal que no circulan en Brasil, y viceversa... y el caso de este volumen es más especial aún, puesto que parece ser (no tengo ejemplar físico) que existe otro libro editado ese mismo año en el país sudamericano, que tiene nada menos que otra traducción. Su ficha técnica aproximada (junto con su portada) es la siguiente:

-A Hipótese de Eros. (1975) (NO CONFIRMADO)

Primera edición en Brasil de “L’Hypotèse d’Éros”. Tapa blanda, publicado en 1975 por “Artenova”. Traducción de Clarice Lispector. Portada: dividida en dos franjas horizontales, siendo la superior de fondo negro y con las letras “Emmanuelle Arsan” en mayúsculas de color rojo (y junto a ellas, más pequeña y de color blanco, la frase “autora de EMMANUELLE”), y la inferior de fondo marrón claro y con las letras “A Hipótese de Eros” en mayúsculas de color blanco (y bajo ellas, más pequeña y también de color blanco, la frase “L’HYPOTÈSE D’ÉROS”, y la palabra “artenova” de color marrón oscuro en la esquina inferior derecha), con un dibujo en el centro de ambas enmarcado en blanco (parece uno de los grabados de Bertrand). 176 páginas, x cm.
Respecto a lo de “otra traducción”, merece la pena detenerse en el hecho de que es nada menos que de Clarice Lispector, famosa escritora que pasó toda su vida en Brasil y que al final de sus días hacía estas cosas para ganar dinero. Murió en 1977, pero aun así, y que yo sepa, tuvo tiempo de traducir al menos dos volúmenes de Emmanuelle Arsan, que son el presente y “Novelas da Erosfera”. Trasteando un poco por la red, he dado con un monográfico de la escritora que es una verdadera delicia, aunque como es natural, no se detiene demasiado en el apartado de las traducciones que realizó (y en ningún momento se habla de las de Arsan). El monográfico completo, aquí:

http://shangrilatextosaparte.blogspot.com/2008/05/shangri-la-n-5-enero-abril-2008.html


En él, una nota a pie de página, nos dice: “Como traductora Clarice hizo de todo un poco. Desde adaptaciones de obras clásicas para el público infantil y juvenil, como “Los viajes de Gulliver”, de Jonathan Swift; “La isla misteriosa”, de Julio Verne; y “Tom Jones”, de Henry Fielding para la Editora Abril, pasando por Agatha Christie (“Cae el telón”), Henrik Ibsen (“Hedda Gabler”) y García Lorca (“La casa de Bernarda Alba”).”

Y un fragmento de entrevista nos permite saber un poco más de su manera de trabajar:

MC: Todos los tuyos han tenido éxito y tú sigues dando conferencias y haciendo traducciones... ¿Traduces por la tarde, verdad, Clarice? Porque por la mañana escribes para ti.
CL: Mira, traduzco a cualquier hora. Soy muy desorganizada. Traduzco del inglés y del francés. Pero trabajo deprisa, intuitivamente. A veces consulto un diccionario, a veces no y, según el caso, varias veces.
JS: ¿Aprendiste francés e inglés en la carrera diplomática?
CL: No. ¿Sabes cómo aprendí francés? Leyendo en francés. ¿No te dije que era una tímida atrevida? Cogí un libro en francés y me puse a leer y por el sentido, por la semejanza entre lenguas latinas, lo iba cogiendo, cogiendo, hasta que aprendí. La conversación... bueno, estuve tres años en Suiza y mi criada hablaba en francés conmigo. Con el inglés también fue así, nunca lo estudié.

Sea como fuere (y dejando aparte el hecho de que no he podido comparar la traducción de Lispector con el original, porque como digo no tengo ejemplar físico del suyo), parece que la escritora tenía la suficiente sensibilidad como para apreciar la literatura de Marayat, o tal vez simplemente fue otra víctima del boom editorial que generó la película. En todo caso, y aunque sea a título tan póstumo, sin duda hay que estarle muy agradecidos...

Pero volviendo al volumen que nos ocupa (es decir, el editado en Portugal), efectivamente la traducción es mucho mejor que la española, puesto que he ido comparándolas con el original (más o menos, desde luego), y sin duda este volumen recoge muchísimo mejor la riqueza prosística de Marayat que el anecdótico producto (por no tener, no tiene ni índice) de la “Asesoría Técnica de Ediciones” (aunque gracias debemos dar de que exista, aunque sea tan difícil de encontrar hoy por hoy). Ya que estamos, aprovecharemos para refrescar la ficha técnica y portada correspondientes:

-La Hipótesis de Eros. (1978)

Primera (y única) edición en España de “L’Hypothèse d’Eros”. Tapa blanda, publicado en 1978 por “Asesoría Técnica de Ediciones”. Traducción de R. (Rouse) Berdagué (personalmente, creo que es una traducción bastante pobre). Portada: foto de una mujer rubia desnuda, arrodillada y sonriente (el nombre “Emmanuelle Arsan” y el título “La Hipótesis de Eros” en negro). 320 páginas, 13 x 19 cm.
Por último, para las comparaciones de todos los textos, he utilizado la que parece ser la segunda edición (la de “Union Générale d’Éditions”) pero tomada de la original de Filipacchi de 1974, y que poseo por pura casualidad (editada, por supuesto, en francés). La escueta portada:
En cuanto al contenido, pues como todo el mundo debería saber, es una colección de distintos ensayos (nada menos que 37) publicados en revistas italianas y francesas de 1969 a 1974, a los que se añaden cuatro interesantes apéndices: los prólogos de Marayat escritos para “Dessins Érotiques de Bertrand”, “Ritorno a Roissy”, y “Château de Cène” (y se agradece, porque algunos de esos volúmenes sí que son difíciles de encontrar hoy en día), mas la contribución al “Magazine Littéraire” nº 83 titulada “Marayat, o la cópula del espejo”. Toda una colección de lucidez filosófica y poética preñada de placer, y regada con los néctares del más transido y apasionado de los Eros.

Y como lo más importante de todo este asunto es transmitir la palabra de Marayat, ahí va una pequeña colección de algunas perlas extraídas por un servidor (las traducciones son bastante personales, puesto que al final adecuo como puedo las palabras para que resulten lo más fieles posibles al francés), y que no tienen desperdicio:

“Los celos no son pues, como se pretende, un resultado del orgullo: son un estremecimiento humillado, una neurosis de impotencia y de frigidez. Nos serían vedados si tuviésemos la certeza de saber amar.”

“El amor extrae la inteligencia de los confines de las células y les abre espacios de poesía.”

“Ni el amor ni la amistad son distracciones, actividades de lujo o superfluas. Estas creaciones constituyen conquistas evolutivas tan fortuitas y rentables como el dominio del medio físico: golpes de suerte de la inteligencia, que necesita tanto de la eventualidad para ganar como necesitó para nacer.”

“Pero el erotismo, en realidad, ¿no será acaso un sistema en que la amistad y el amor en nada difieran?”

“Envejecer es tener que soñar en soledad.”

“Los hombres no mueren de vejez: mueren cuando dejan de creer que el juego es posible.”

“Constato, una vez más, que el erotismo es un asunto de espectáculo: puede encontrarse tanto placer en verlo como en participar en él en carne y hueso. Es, sin duda, un arte.”

“El arte es aquello que se produce cuando son sustituidas las leyes infinitamente limitadas de lo real por las leyes infinitamente extensibles del placer.”

“Entre Paraíso e Infierno, hay menos diferencia de la que los devotos creen: uno y otro son lugares donde ya no se espera nada.”

viernes, 12 de agosto de 2011

Volviendo de A Coruña, viviendo agosto

Un mes más, en ello estamos, en ello seguimos, con proyectos secretos y planes de ahorros monetarios: muchos cursillos interesantes en el horizonte, muchos viajes más que necesarios en lontananza, y muchas vidas que vivir todas a la vez. Trazar líneas, escribir letras, nadar piscinas, beber refrescos... como diría el fallecido Saramago, “contar los días con los dedos y encontrar la mano llena”.

Recién llegado de A Coruña, sí señor, de dar un salto hasta esas “Viñetas desde o Atlántico” de las que llevaba muchos años oyendo hablar y que no había pisado nunca. Y un monográfico que me han encargado sobre Juanjo Guarnido, Juan Díaz Canales y Teresa Valero, hizo que me decidiese a dar una vuelta por allá. ¿El resultado? Dos días entre amigos, viendo una ciudad que visité con 12 ó 13 y con 19 ó 20, y de la que recordaba unas cuantas cosas. Magnífico café en el parque junto a la feria, sí señor...

Y lo demás, lo de siempre: exposiciones, risas, pinchos (viva “La Bombilla”), cervezas en un pub, paseos... y cansancio, pero del agradable, a pesar de reiterar que este será probablemente el último arti de cómic que haga en mi vida y en este plan. Así es la vida, así es el verano, así es agosto...