miércoles, 15 de diciembre de 2010

Penúltimos órdenes, penúltimos collages

No lo puedo creer, pero así es: poco a poco, paso a paso, vamos colocando las cosas en su sitio, de tal forma que el espacio disponible se reordena de forma más lógica y limpia... y por cierto que sí, sienta bien a la mente tenerlo todo más a mano y disponible. Lo más interesante, sin duda, las pilas de libros sin leer, que por primera vez en muchos años miro con gula y no con hastío...

Para ello, otra de las cosas que ha habido que clasificar en su correspondiente acordeón (cosa que no hacía desde hacía ya cinco años, creo) han sido los folletos de exposiciones y cosas artísticas, que en otros tiempos tenía a montones y que ahora conservo casi por nostalgia... pero me hace gracia seguir guardándolos en el archivo, y darme cuenta de lo mucho que ha cambiado el mundo en tan poco tiempo: hace años, cuando empecé a hacer esto, reunía un excelente volumen de información que ni mucho menos estaba disponible en cualquier lugar... y hoy, ya no es necesario, afortunadamente. Pero como digo, es un archivo simpático, que además continúa teniendo un punto de utilidad.

Ahora, debería ponerme a vender todo lo que no quiero (una cantidad considerable de material que clasificar y colgar en la red), pero de momento nos dedicaremos a pulir los últimos flecos y a seguir con lo que podamos: después de todo, hemos hecho todo esto sin un plan preconcebido, y ha salido bien... así que supongo que lo mejor será continuar con la misma tónica.

El último de los collages hechos (hasta ahora) en uno de mis acordeones (lógicamente, el que contiene los folletos artísticos), y que también quedó chulo, modestamente, con esos hermosos blancos y negros.

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