Dije que lo haría, y lo hice... y nada merece más una entrada en el blog.
Hoy mismo, a las dos de la madrugada (es decir, ayer para mí... pero lo pongo por aquello de la oficialidad), entregué a Vicente García, editor de Dolmen Ediciones y editor de quien esto escribe, la novela “La Muerte Negra (El Triunfo de la No-Muerte)”, firmada por un servidor. Han sido semanas de lucha con ella, pero al final ha valido mucho la pena...
Más información en próximos posts: de momento, ahí va la sinopsis del asunto.
¿En qué momento de la Historia empezaron los no-muertos a caminar sobre la Tierra?
¿Eran las visiones apocalípticas de San Juan Evangelista simples delirios de la imaginación humana, o estaban basadas en hechos reales y fehacientes que su cronista había vivido en sus propias carnes?
¿Sabían en la Antigüedad que había muertos capaces de levantarse de sus tumbas para vengarse de los vivos?
¿Y qué ocurrió exactamente en la gran Peste Negra que asoló el mundo conocido en el siglo XIV de nuestra Era? ¿Por qué en algunas fuentes se habla de “Muerte Negra”, pareciendo que se hace referencia a algo distinto a la plaga?
Buceando en las bibliotecas más recónditas y consultando archivos enmohecidos y polvorientos, se ha reconstruido la historia de la mortífera plaga, y también de algo más, tal y como fue vivida en realidad por sus protagonistas: las decenas de miles de muertos, la sensación de que el Mundo se acababa, el desamparo de toda la humanidad... y la presencia de aquellos que volvían del Más Allá y que sembraron el terror tanto o más que la terrible Enfermedad. ¿Fue eso la Muerte Negra, el triunfo de la No-Muerte que hizo pensar a muchos que, definitivamente, había llegado el Juicio Final?
Y en medio de todo eso, un único hombre con ambiciosas motivaciones pero un único objetivo: el de sobrevivir, intentando por supuesto que ese Mundo del que él formaba parte también sobreviviese...
A través de una Europa desolada y de una Asia desgarrada por los conflictos internos, un hombre que se llama a sí mismo LeBlanc será la pieza clave de un juego de poder donde las religiones saben mucho más de lo que cuentan, y en el que la Muerte Negra no es sólo una simple enfermedad infecciosa... y caminará entre los vivos y entre los no-muertos tratando de dar con la clave que permita devolver a los difuntos al lugar al que pertenecen, haciendo lo posible por restaurar el equilibrio natural de la Existencia.
Y aquí, la reproducción (muy detallada, cortesía de un bloguero a quien le agradezco la dedicación) de la obra “El Triunfo de la Muerte”, de Brueghel el Viejo, que hace muchos años que me fascina y ha contribuido mucho al asunto.
Estoy contento, sí señor...
2 comentarios:
Enhorabuena, Haz. Quedamos a la espera de más info y de que el liobro esté en la calle para acompañar a LeBlanc en su periplo.
Mucha suerte.
Un saludo
Me honra vd. con sus comentarios, maese De la Fuente...
De todos modos, créame cuando le digo que no sólo se los agradezco, sino que le conmino a hacer lo mismo: un hombre de su talento a la hora de escribir (y lo digo con conocimiento de causa) debería dedicarse más a ello, por el bien de su alma y de la de los demás...
Suerte para vd. también, y un gran abrazo.
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