Así es:
soplan los fríos de febrero, uno tiene que enfrentarse de nuevo a pruebas que
pensaba más que superadas (otra vez cuatrimestres, otra vez exámenes que pasar
y no sólo que corregir, otra vez tiempo que podría estar más que mejor
invertido...), y al mismo tiempo seguir adelante. ¿Hace frío? No hace más frío
que otras veces...
Por el
momento, ordenamos lo que podemos (y a ver si podemos más, que falta nos hace),
continuamos con escrituras en “Mallorca a la carta” y en otros lugares, y
sobrevivimos al final del cuatrimestre como podemos... además, claro está, de
cumplir treinta y siete años.
Menos
mal que nos quedan los buenos amigos, los muchos conciertos, y los planes de un
futuro que ojalá se llegue a concretar.
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