Nunca había estado yo en la Factoria de Só, en el mallorquín pueblo de Santa Maria, pero la ocasión la pintaban calva, porque precisamente podía ir a ver a los “Fire”, un grupo de los que conozco personalmente antes de musicalmente, y saber así qué eran exactamente y qué dejaban de ser...
Y el resultado fue algo apoteósico. De hecho, mucho más apoteósico de lo que yo mismo pensaba, porque además de meterse al público en el bolsillo de forma inmediata (un público, dicho sea de paso, poco aficionado a la música electrónica, al menos por su aspecto), deleitó de una forma difícil de describir, y cuyo mejor adjetivo es, simplemente, contemporáneo.
Porque no hay duda de que los “Fire” hacen música contemporánea, y eso en una época de revivals más o menos descarados como la que vivimos, es todo un halago. Un concierto de “Fire” da una pasmosa (y muy agradable) sensación de presente, de estar viendo música de ahora, en un show de ahora (que utiliza muy sabiamente juegos de luces y proyecciones), y cuyos toques “habituales” (es decir, el controlado uso de un bajo de los de toda la vida, o un ligerísimo juego vocal) sólo añaden pimienta a una mezcla ya de por sí explosiva.
Así pues, y como me pasa con otros músicos, me encanta conocerles, me encanta apoyarles en su proyecto... y me encanta además que tengan esa más que alta calidad. Espero y deseo que el fenómeno sea imparable, porque de momento, es sencillamente mágico.
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