Entre otras cosas, he aprovechado mi reciente visita a Asturies para zamparme un volumen que me había comprado hacía tiempo, y que me apetecía sobremanera: “Nadie Vive Eternamente”, o lo que es lo mismo, una novela de James Bond, escrita por quien entonces era su autor oficial, el británico John Gardner.
Antes de nada, me gustaría decir que voy teniendo suerte, pero encontrar a día de hoy los volúmenes firmados por este señor y editados en nuestro país es casi una misión suicida... y siempre me he preguntado por qué demonios no hay ninguna editorial seria que se haya decidido a hacerse con los derechos del personaje. Aunque teniendo en cuenta lo que hubo que esperar para hacerse con una edición digna de las novelas de Fleming (y digo “digna”, no “definitiva”), no sé de qué me extraño...
De todas formas, justo es decir que el presente no es ni mucho menos su mejor trabajo literario con el personaje, y se queda en una aventurilla tópica, mezclada y bien agitada pero sin la necesaria chispa que la volviese memorable. Sin ir más lejos, el imborrable recuerdo que me dejó “Operación Rompehielos” (del mismo autor) fue suficiente como para pensar que ojalá hubiesen hecho de aquélla una película al uso... lo cual no puede decirse de la que nos traemos entre manos. Decepcionar, no decepciona, pero tampoco maravilla. Lástima.
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