Otro libro leído, que había comenzado en Madrid, por una maravillosa casualidad: paseando por la Feria del Libro en un rato libre, y acercándome al stand de Desnivel, tuve la increíble fortuna de encontrarme firmando ejemplares nada menos que a la propia Edurne Pasaban, a la que pude felicitar de corazón, puesto que hace muchos años que sigo su carrera (al menos, cinco o seis, es decir, desde sus primeros pasos en “Al Filo de lo Imposible”). Me lo firmó para Johanna, a la cual desde luego también hizo mucha ilusión.
Por supuesto, vivencias tan interesantes dan para un libro interesante, que tal vez yo hubiese narrado de otra manera, pero que de todos modos es fácil de leer y ofrece una nueva perspectiva de esta chica vasca que ha conseguido una meta tan encomiable en el alpinismo. Hace muchos años que es un placer leer sobre expediciones de montañas y cosas similares, así que hacerlo de la mano de la primera mujer (sin discusión posible) que ha ascendido los catorce Ochomiles, siempre es interesante.
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