Este acto de psicomagia se está convirtiendo en una verdadera tortura, y es que ya casi me he zampado el libro de noviembre, y sólo me quedará uno que leer... aunque desde luego, efectivo sí que está resultando, sí.
Ya dije que salvo contadas excepciones (siempre haciendo trampa... pero procuro ser honesto), no me iba a comprar ni un solo libro este año, pero en esta ocasión era por trabajo, y decidí compensar una cosa con la otra convirtiéndolo en el libro de lectura del mes: fue mi amigo Hèctor quien me recomendó este “Cómo Convertir un Buen Guión en un Guión Excelente”, de la profesora Linda Seger, precisamente para aprender cómo se hace un guión de cine y poder trabajar en el nuestro de “La Muerte Negra”.
Y la verdad es que la recomendación ha sido pero que muy fructífera: todo un manual de trabajo ameno y conciso, efectivo y directo, que enseña perfectamente diferencias entre cine y literatura (en mi caso, toda una necesidad) y te da impulso para poder construir tu propio guión, trabajo que ni mucho menos es parecido a la redacción de una novela...
Ojalá me hubiese caído en las manos hace más o menos veinte años, cuando yo escribía guiones de cine (un tanto verdes, todo hay que decirlo... aunque en mi defensa diré que pocas cosas de escritores quinceañeros valen la pena). Después de todo este tiempo dedicándome a otras cosas, trabajar con él ha sido reencontrarme con una parte mía a la que me ha encantado volver a dar alas. Veremos qué sale de ahí.
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