Dos momentos mágicos se unen este año de manera psicomágica: por una parte, la celebración de mi noveno cumpleaños... y por la otra, la vuelta del hermoso viaje a Barcelona que se ha saldado con tremendos éxitos literarios.
Respecto al aniversario, como siempre, poco que decir: avanzamos, nos empantanamos, sacamos viejos lodos con palas nuevas, continuamos caminando en la brecha rodeados de hombrecillos grises (y blancos, que son aún peores...), y hacemos lo que podemos. Teniendo en cuenta que el año que viene se cumplirán nada menos que diez del primer encuentro jodorowskyano, tendría que celebrarlo de alguna manera... y antes, haciendo tandava, me ha parecido una magnífica propuesta el ordenar todas las cosas y deshacerme de las inútiles. Lo proponemos, y lo intentaremos cumplir...
Y de esa Barcelona a la que he vuelto triunfante y victorioso (como decía Superlópez, que también vive allí), ¿qué podría contar? Firmé ejemplares de “La Muerte Negra” y “Quijote Z” en la librería donde a veces compraba tebeos, junto al Mercat de St. Antoni donde compraba muchos libros... y fui al festival de Sitges por primera vez en mi vida (después de un intento frustrado a los 16 años), y lo hice como autor invitado (y hablé de mis libros, y también firmé más, y saldré en un documental de zombis). ¿Se puede pedir más? Se puede pedir que el guión en el que estamos trabajando ahora mismo de forma tan seria y rigurosa llegue a buen puerto y se venda bien...
Aquel chico que capeaba como podía las oscuras noches de Barcelona estaría orgulloso de mí, sin duda alguna... y de hecho, no lo estaría: lo está.
La vida no va mal...
No hay comentarios:
Publicar un comentario