Despedimos
el mes continuando con todos los volúmenes de “La Fuente de Jade” que nos
quedan por leer, y que ni mucho menos son mala lectura para un cálido verano
como el que estamos viviendo ahora mismo. El presente, número 28 según mi
personal lista, lo encontré de casualidad y entre otros en la tienda de mi
ciudad de la que hablaba hace poco (cuenta incluso con ex-libris del anterior
propietario), y lo que principalmente me sedujo de ella fue, como suele ocurrir
en estos casos, su bajo precio.
Sin
embargo, sin ser una novela erótica memorable, sí que ha sido una agradable
lectura, porque el recurso de hacerla ocurrir en cuatro escenarios diferentes
de cuatro momentos del año diferentes tiene su aquello, y si bien la historia
flojea un tanto (un tipo que persigue a una mujer que resulta que está con otra
y es un imposible objeto de deseo y blablá), el decorado y el ritmo son tan
aceptables que no sólo no se hace pesada, sino que se lee con gusto.
Personalmente, ni de lejos la calificaría como la mejor de la colección, pero
teniendo en cuenta lo que uno se encuentra y se deja de encontrar en el mundo
de la literatura erótica, pues no ha estado mal del todo la experiencia.
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