La
última visita a Asturies trajo consigo una experiencia que me apetecía probar,
y más teniendo en cuenta lo mucho que me gustan los jardines botánicos (y en el
presente no había estado nunca) y los animales. En este caso, se trató de una
de las muy contadas visitas nocturnas que organizan (lo cual significa que no
se veía demasiado del bosque, por supuesto) en la que pudimos asistir al
precioso espectáculo de las rapaces nocturnas volando y chillando para
nosotros, desde águilas hasta búhos, pasando por lechuzas, cárabos y demás.
Todo un placer poder verlas en su hábitat natural, volando además por encima de
nuestras cabezas y muy cerca de nosotros...
Sin
duda, volveremos alguna vez, tanto para ver bien el lugar como para disfrutar
de alguna de estas actividades tan atrayentes.
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