Otra de las visitas que hice en mi anterior viaje a Sevilla
fue al interesante conjunto arqueológico de Itálica, la ciudad romana de donde
salieron dos emperadores romanos como fueron Trajano y Adriano, que lo cierto
es que no conocía de nada (o al menos no recordaba de la carrera) y que me dejó
gratamente impresionado, ya que las excavaciones del enorme anfiteatro (sin
duda toda una joya inolvidable que merece la pena ver) y los mosaicos de las
casas (sobre todo el del laberinto, pero también el de los pájaros) son una
verdadera chulada.
De hecho, es de agradecer que lo tengan tan bien montado (en
especial comparándolo sin ir más lejos con la mallorquina ciudad de Pol·lèntia,
en la que estuve no hace mucho), con además un centro de interpretación en el
que te enseñan la manera de vivir de los romanos o la forma en la que escribían
en tablillas de cera (nunca había tenido una en la mano, y lo cierto es que fue
una experiencia muy agradable). Tal vez no sea la principal atracción turística
de Sevilla, pero sin duda vale la pena darse una vuelta por ella.
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