viernes, 11 de diciembre de 2015

"Modernismo: Arte, Talleres, Industrias", y La Pedrera

En mi última visita a Barcelona, aproveché que mi joven hermana (residente en la ciudad desde hace años) nunca había visitado La Pedrera (cielo santo...) para volver a deambular por un edificio del que jamás se cansa uno, desde el inolvidable vestíbulo hasta esa maravillosa terraza que descubrí hace ya veinte años y que no tiene desperdicio, pasando claro está por todo el desván y el piso modernista reconstruido con tanto mimo y dedicación. Lo único que se le puede criticar al conjunto es claro está el elevado precio de la entrada, pero el negocio es el negocio... y en este caso, vale muy muchísimo la pena, doy fe. Ay, qué suerte tienen quienes viven aún en uno de esos pisos...

Y aprovechando el lío, nos pasamos a ver la exposición temporal “Modernismo: Arte, Talleres, Industrias”, toda una verdadera maravilla que recoge la parte más industrial del proceso, desde cómo se hacían las vidrieras hasta los muebles y complementos o las joyas y los vestidos, incluyendo un buen puñado de piezas absolutamente desconocidas y recuperadas del más injusto de los olvidos (gran labor la del comisario) que vuelven a brillar con luz propia. Sabido es por quienes bien me conocen que el Modernismo siempre ha sido mi estilo artístico favorito, y que me habría encantado vivirlo en su momento y en su lugar... así que habrá que conformarse con este tipo de cosas, y con aspirar a poder alguna vez acercarnos más a él de una u otra manera.

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