Otra de las cosas positivas que tiene mi nuevo trabajo en el “Diari de Balears” es la de obligarme a espabilarme un poco en los asuntos de actualidad cultural que tengo que tratar, lo cual por supuesto incluye las exosiciones... y como ya se sabe que en los últimos tiempos he andado un poco vago en eso, pues no está mal recuperar un poco el ritmo, que siempre se agradece.
En este caso, el palmesano “Museu Fuandación Juan March” (que por lo visto ése es ahora su nombre oficial) nos trae esta muestra llamada “Giorgio Morandi: Tres Acuarelas y Doce Aguafuertes”, donde se muestra precisamente eso, pequeñísima selección de la obra de un hombre que sorprende siempre mucho más de lo que parece a primera vista. Aún recuerdo la antológica que le hicieron en el madrileño Thyssen-Bornemisza, y lo más que bonita que me pareció...
Porque como he señalado en mi artículo, la poesía inherente a Morandi es algo que no conviene olvidar, y que se descubre después de mucho mirar y de mucho ver su aparentemente repetitiva obra, admirando finalmente la maravilla traslúcida que acaba consiguiendo con sólo representar unos humildes y anónimos recipientes.
Tal vez la presente no sirva para tanto por su concreción, es cierto... pero siempre es todo un placer dedicarle un instante a la particular obra de este pequeño gran genio italiano.
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