Por otra parte, acabo también de volver de un divertido y accidentado a partes iguales viaje a Barcelona, en el que fui a firmar libros. Más que agradable ha sido la sensación de ver dos de mis títulos en los escaparates donde hace años soñaba con que hubiese cosas publicadas con mi nombre...
Y mientras tanto, la vida sigue dando vueltas en el exterior y en el interior.
De momento, la tierra más septentrional que he pisado en esta vida: Magdalenefjord, isla Spitzbergen, archipiélago Svalbard, a 79º 33’ 34’’ de latitud, nada menos. No está mal, para haber nacido a la altura del paralelo 42...
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