La lectura pertinente, por segunda vez esta vez (van dos
veces y ya no hay tercera, porque anda que no es pesadito el volumen), este “El
Libro de los Sueños”, que ya que estamos con Kerouac, pues en él insistimos.
Pero después de haber encontrado el único dato en cuestión que me hacía
verdadera gracia, lo demás, pues como el resto de su obra: especie de
música-cháchara difícil de digerir (a fin de cuentas, y como él mismo dice, las
narraciones de sueños, y más a su estilo, tampoco dan mucho más de sí).
Eso sí, mucho me alegro de que mi señor padre me cediese el
presente volumen (18 de los Star Books, en junio del año 2000, según parece),
porque al no estar reeditado en este país nuestro, se cotiza hoy día a precios
astronómicos (y eso, si se encuentra algún ejemplar, que no hay muchos
precisamente). Sin embargo, si uno no es de los incondicionales del escritor,
tampoco recomendaría el esfuerzo, la verdad.
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