Y tanto
me metí, que finalmente acabé ayer noche, constatando que el señor Martin ha
bebido (y bastante) de esta estructura tan enervante (en el buen sentido de la
palabra) que obliga a seguir leyendo páginas y más páginas para saber qué pasa
o qué deja de pasar a según quién y cómo. Y la verdad es que la historia se
disfruta muy mucho, máxime porque Williams sabe dosificarse bien y refrescar
conocimientos de tanto en cuanto que al principio suenan a chino pero que luego
se agradecen porque uno comprende más a medida que va leyendo. Añadamos a eso
personajes carismáticos y mundos bien creados (un acierto, los sitha y sus
cosas), y desde luego, disfrutaremos muy mucho... aunque tampoco creo yo que
sea como para considerar que es el “Guerra y Paz” de la fantasía heroica, pero
defraudar, es verdad que no defrauda en absoluto.
Por
cierto que la foto no es mía, sino de un vendedor de todocolección, que ofrece
el lote completo. Si a alguien le gustan este tipo de historias, que no se lo
piense.
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