Aprovechamos el día para colgar las columnas del mes de agosto, constatando que de cómic (y muy buen cómic) ha ido la cosa en buena parte...
-“Sensual Guido Crepax”: jueves, 11 de agosto de 2011.
Recuerdo con nitidez la primera imagen que vi en mi vida del personaje de Valentina, la heroína de cómic creada por Guido Crepax: era un dibujo frontal de la chica en cuestión, desnuda y arrodillada, y con un gato entre sus piernas. Destilaba una belleza y una sensualidad tan profundas que no me resistí no sólo a fotocopiarlo, sino a intentar dibujarlo (con resultados un tanto pobres, ciertamente), y desde luego a conservarlo (y a considerarlo) como ejemplo de verdadera obra de arte.
Ahora, bastantes años después, y sabiendo de sobra quién fue y quién dejó de ser el señor Crepax, la gijonesa Semana Negra (certamen lúdico-cultural siempre dispuesto a ofrecernos momentos inolvidables) ha acercado a nuestro país nada menos que una exposición de originales del artista: una colección de páginas y páginas que muestran no ya su impecable técnica y su particularísimo desarrollo del medio (que exploró en todas y cada una de sus posibilidades), sino también aquella belleza y aquella sensualidad que tanto me cautivaron (a mí y a millones de lectores) hace tantos años. Blancos y negros muy marcados, curvas rotundas al tiempo que suaves, posturas imposibles e imposibilidades anatómicas... en suma, (toda) una fiesta para (todos) los sentidos, perpetuada además en un catálogo que no tiene desperdicio desde ningún punto de vista.
Ojalá la Semana Negra pueda seguir ofreciéndonos durante mucho tiempo muestras de este tan buen (y sensual) gusto que siempre han destilado sus organizadores.
-“Cherry Popart”: viernes, 19 de agosto de 2011.
Tristemente, serán muy pocos los lectores a los que ese nombre les diga nada... pero si alguien lo reconoce, seguro que no se ha olvidado de esa especial heroína del cómic, creada por el gamberro Larry Welz allá por los años 80’ (aunque hay datos que la sitúan más atrás en el tiempo), y cuya característica más sobresaliente es la de disfrutar de todas y cada una de las posibilidades de su cuerpo con un candor y una desfachatez que ya quisieran muchos otros personajes. Cherry y sus amigos viven aventuras de papel y tinta cargadas de voluptuosidades y de placeres explícitamente inverosímiles, que harían sin duda sonrojar al mismísimo diablo... aunque probablemente lo que esos personajes harían con alguien como el diablo sería ponerle de inmediato a participar en sus juergas estivales sin ningún tipo de recato.
Por desgracia, es necesaria una búsqueda bastante concienzuda para hacerse con sus aventuras en nuestro idioma (Ediciones La Cúpula publicó cinco tomos recopilatorios en los años 90’), pero si el inglés no es un problema para nosotros, sin duda las nuevas tecnologías nos ofrecen nuevas posibilidades que no se deberían desaprovechar. Y es que gracias a ellas hemos podido comprobar que Welz no solo sigue activo, sino que además conserva su cáustico humor, y también todos y cada uno de los atractivos del personaje, ya que prácticamente se auto-edita y vende directamente a los fans desde su completa página web (acompañándolo además de un extenso y delicioso surtido de páginas originales, litografías, tarjetas postales, y un largo etcétera).
-“Desnudos en Mallorca”: jueves, 25 de agosto de 2011.
Podría pensar el lector que estoy citando el título de alguna película rodada en tiempos del “destape”, pero no van por ahí los tiros. Hace unos días, tuve la inmensa fortuna de que dos de mis más grandes amigos me cediesen una habitación en la casa que tienen alquilada en un delicioso pueblecito de nuestra isla, un pueblo junto al mar que conserva la particularidad de que sus costas NO (y es un NO con mayúsculas) están urbanizadas. Es decir: las playas están ahí, y la gente, pues va, aunque no en masa ni mucho menos.
El caso es que cuando nos fuimos a nadar, mis amigos (un hombre y una mujer, que además son pareja) se quitaron la ropa sin problemas, a lo que por supuesto me sumé con entusiasmo tras preguntar si aquella zona era efectivamente nudista... y la respuesta que me dio mi amigo fue sorprendente: “no, no lo es, pero aquí a nadie le molesta.”
Y no molesta, simplemente, porque a nadie le preocupa. Porque en ese lugar (que no, no desvelaré) las cosas se viven con la naturalidad de hace unas pocas décadas, porque no hay foráneos (ni propios) que se preocupen de escandalizarse por tan poca cosa. Porque tampoco hay hoteles, ni piscinas, ni bullicios, ni nada semejante.
Mientras estaba tumbado en las rocas, disfrutando de la caricia del Sol en toda plenitud, igual que la Humanidad ha hecho durante miles de años, pensé en todas las cosas que el desarrollo de la industria turística nos trajo en su tiempo... y también en las libertades que hemos perdido por el camino por culpa de estúpidas morales, propias (o foráneas, que tanto da).
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