Como ya le dije a mi madre, soy yo poco amigo de la novela costumbrista (cuando me caen en las manos cosas de estas, ya sean películas o libros, siempre pienso que qué demonios me importan a mí las miserias de nadie, por muy bien contadas que estén), pero como era un regalo, pues fui avanzando en su lectura hasta llegar a disfrutar tanto del estilo (que es ciertamente bastante impecable) como de la historia en sí, sobre todo después de que el final me sorprendiese como lo hizo. En fin, no lo hubiese leído por mí mismo, pero reconozco que tampoco ha sido un gran sacrificio hacerlo...

No hay comentarios:
Publicar un comentario