Comentaremos una de las últimas lecturas, que hace tiempo que no decimos nada al respecto: este “El Quinto en Discordia”, del canadiense Robertson Davies, fue un regalo que me hizo mamá hace ya un par de años, y que no metí en el cómputo psicomágico del año pasado, con lo que fue quedando relegado y relegado en el montón.
Como ya le dije a mi madre, soy yo poco amigo de la novela costumbrista (cuando me caen en las manos cosas de estas, ya sean películas o libros, siempre pienso que qué demonios me importan a mí las miserias de nadie, por muy bien contadas que estén), pero como era un regalo, pues fui avanzando en su lectura hasta llegar a disfrutar tanto del estilo (que es ciertamente bastante impecable) como de la historia en sí, sobre todo después de que el final me sorprendiese como lo hizo. En fin, no lo hubiese leído por mí mismo, pero reconozco que tampoco ha sido un gran sacrificio hacerlo...
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