Como digo, tenía ganas de ponerme con lecturas... y más con cosas como la presente, que además de ser un volumen de la colección “La Fuente de Jade” (el número 18 de mi lista no oficial), ya había empezado a leer en 2009, dejándolo a la mitad al inicio de año.
Por supuesto, apenas recuerdo la otra mitad (claro que la he ojeado por encima), pero la lectura de esta selección de literatura pretendidamente erótica escrita por mujeres no sólo me ha reafirmado la opinión que tuve cuando leí “Placeres”, de la misma autora (y del que hablé aquí mismo el domingo, 25 de octubre de 2009), sino que, si tenía alguna duda, me las ha disipado todas: sinceramente, no puedo creer que esta colección de cuentos estadounidenses y pseudorrománticos pudiese llegar a excitar a nadie alguna vez, ya fuese hombre o mujer. Para mí, la literatura erótica es una cosa completamente distinta, que está precisamente para reelaborar la realidad a nuestra conveniencia y deseo, excitándonos y poniéndonos nerviosos a un tiempo... y este puñado de cuentos tipo “americana pseudoliberada ama de casa con dudas existenciales pero que busca amor de toda la vida a la hora de la verdad” (ahora sí, total y absolutamente... y eso que esta vez son ficciones, lo cual prometía más que lo otro) son más aburridos (y a veces, pero que muy aburridos) que cualquier otra cosa. Por quedarme con uno, que me ha hecho levantar una ceja con sorpresa irónica, “Una noche en Florida” de Cucu Lee, tras lo cual salvaría quizás “Juego japonés” de Victoria Starr, y para de contar...
En fin, no sé cómo será la sexualidad de las mujeres actuales norteamericanas, y desde luego tampoco se puede hablar de que algo así las represente absolutamente a todas... pero por el bien de ellas mismas, espero que el asunto haya cambiado un poco allí.
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