Feliz año nuevo, muy peliculero. Fue en 1997 precisamente
cuando vi por primera vez la primera parte, porque justamente nos fuimos al
cine a ver la segunda poco después, si no el mismo día. Supongo que Carpenter
tendría que hacer un 2028, pero me parece que el hombre no está para esos
trotes ya, así que nos quedaremos con las ganas de saber qué pasará dentro de
quince años. Por mi parte, si hace quince años me hubiesen explicado qué me
habría pasado quince años después, probablemente no me lo creería del todo...
Pero no va mal, después de todo. Como dije al descorchar la
botella de manzajú en el balcón (a pesar del jodido viento, que deslució un
poco el acto), el año anterior fue el primero en el que no pedí que me
publicasen el Círculo Primero porque ya tenía la confirmación de Alberto, aunque
estaba un tanto lejos de materializarse el asunto... así que éste, con más de
500 ejemplares vendidos ya, y perspectivas inmejorables del panorama (y más
teniendo en cuenta los tiempos que corren), sólo he podido desear algo tan
abstracto como que suban las ventas.
Y lo demás... pues vamos haciendo. Superada la primera
evaluación de inglés (aunque necesita mejorar, que decían cuando yo era niño),
y aprovechadas las fiestas para poner bastante al día el máster en el que
andamos enfrascados, sólo podemos desear un poco más de energía para los nuevos
proyectos, y como siempre y no podría ser de otra manera, un poco más de
dinero. Pero creo que no soy el único con semejante deseo, ¿verdad?
El Círculo Primero, orgullosamente expuesto en los
mostradores de El Corte Inglés (foto cortesía de mi amiga Isabel). Lo dicho:
ahora, sólo puedo desear que suban las ventas...
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