Aprovechamos el verano y las circunstancias (así como un viaje a Tánger, a mi Tánger particular) para hacer un nuevo “Antídoto”, unirlo al anterior, y plantarlo en el bareto de siempre, así que quien quiera ya puede ir a buscarse uno...
Para ello, y debido a dichas circunstancias, tuve que escoger un volumen de Star Books rápido y nutritivo... y la elección de este clásico fue obvia, fagocitándolo de una sentada de la misma forma que hice la primera vez que cayó en mis manos (mi padre mediante) hace más de diez años: cualquier cosa que yo pudiera decir de “Ubú Rey” (octavo volumen de la colección, que no es difícil de encontrar, aunque por supuesto existen ediciones mejores) sería absolutamente intrascendente, así que lo único que digo es que es una de las mejores obras de teatro que he leído nunca, de por mi candela verde... y que ojalá algún día fuese yo capaz de escribir algo tan rematadamente bueno.
Curioso es también que el libro sea tan, tan, tan antiguo, de los que formaron parte de la colección más original de todas... como el ex-libris ovoidal de tríada así lo confirma (y el posterior, con todos los signos convencionales de su época). No hay tantos como este, no (ni tantos que merezcan serlo), y como un tesoro lo guardo, por razones obvias.
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