Al filo del fin de mes, rescataremos como siempre las columnas del periódico “Última Hora” del mes pasado, que como siempre, tienen miga.
-“Un Método Peligroso”: jueves, 1 de diciembre de 2011.
A raíz de disfrutar de la (excelente) película titulada “Un Método Peligroso”, en la que David Cronenberg se propone dar vida (y lo consigue admirablemente bien) al tortuoso triángulo formado por tres de las mentes más prodigiosas de la Historia reciente como fueron Sigmund Freud, Carl Gustav Jung, y Sabina Spielrein, no puede uno evitar hacer una de esas reflexiones que no siempre hayan respuesta: ¿qué hubiera sido del Mundo, si esas tres personas en particular no hubiesen tenido la osadía de investigar el complejo universo del Eros hasta sus últimas consecuencias?
Porque como bien queda patente en el film, Jung y Freud fueron dos genios (cada cual a su manera) que elevaron la investigación del pensamiento a cotas difíciles de superar, pero fue la presencia de una mujer (la señorita Spielrein, que como bien podemos ver en la pantalla, pasa de ser una paciente a convertirse en una doctora) la que catalizó las energías necesarias para conseguir que todos ellos se aproximasen a un terreno que por aquel entonces era casi imposible de cuestionar: el del concepto de pecado, un concepto que no hace tantos años (puesto que la historia transcurrió hace un siglo exacto) era el que dominaba tanto las acciones como los placeres de la mayoría de la gente tiñendo absolutamente todo lo que tocaba, en especial (obvio es decirlo) las relaciones íntimas entre las personas.
Por lo tanto, y volviendo al principio, no podemos dejar de estar muy agradecidos a estas tres personas, capaces de luchar contra viento y marea no ya contra la opresiva sociedad que les envolvía, sino también contra ellos mismos y sus propias reticencias (en mayor o menor grado), para facilitarnos así el camino a quienes hoy día solamente tenemos que preocuparnos de vivir el placer con entera libertad.
-“Eros y 90’s”: jueves, 22 de diciembre de 2011.
Trasteando por una de mis múltiples estanterías, he ido a darme de narices con unas cuantas revistas eróticas que datan de mediados de la década de los 90’ del ya pasado siglo, y que eran uno de los primeros productos de calidad que yo compraba y consumía por aquel entonces. El caso es que hacía ya bastantes años que no les echaba un ojo, y aunque recordaba muchísimas de las imágenes que las componen, ha habido alguna que otra sorpresa digna de mención.
Dejando aparte la delirante literatura (que siempre ha sido una inagotable fuente de carcajadas), y también esa estética un tanto enranciada y que hace pensar en aquello de que los años no pasan en balde para nadie ni para nada, me encuentro en las citadas páginas con unas fotos hermosísimas, y que muestran cuerpos naturales y frescos, que incluso a veces no son muy agraciados. Y ahora que uno tiene el ojo más experto y menos hambriento, me maravillo ante la indiscutible baza de la publicación: la pericia de los fotógrafos de turno, los cuales eran capaces de sacarle partido incluso a la chica más insulsa. Y lo hacían mediante posturas, iluminaciones, y muchísimas repeticiones (estoy bien seguro de que algunos reportajes no fueron nada fáciles de realizar, porque a veces se adivina un pasotismo en la modelo de turno capaz de enfriar al más plantado...), es decir, mediante trucos de fotógrafo (tanto, que el nombre de muchos figura en el reportaje, cosa que hoy día no sucede casi nunca) y no mediante programas de ordenador que para lo único que sirven es para distorsionar la realidad y convertirla en un pálido reflejo de aquello que quiere representar...
Ciertamente, las nuevas tecnologías nos han dado un acceso al Eros (y una variedad del mismo) verdaderamente asombroso y deseable... pero al mismo tiempo, ojeando de nuevo estas revistas, no puedo evitar pensar que alguna cosa se nos ha quedado por el camino.
-“Sex Mundi”: jueves, 29 de diciembre de 2011.
Este es el curioso título de una prometedora serie documental que acaba de estrenarse en un conocido canal televisivo, y cuyo propósito parece ser nada menos que representar, en el momento actual y alrededor de todo el planeta, la sexualidad, el erotismo y las relaciones humanas. Es una producción de la empresa Plural Entertainment, y según explica el director general de la cadena que lo emite en nuestro país, Roberto Blatt, pretende ser “una enciclopedia erótica audiovisual sólo para adultos”. Una nueva ojeada a esos asuntos del Eros variados y variopintos, vamos.
Por mi parte aún no he tenido la oportunidad de echarle un ojo a ninguno de los capítulos, pero a priori, la premisa no deja de ser interesante en estos tiempos globalizados en los que vivimos (y en los que creemos que todo el mundo es igual, y que a todos nos gustan las mismas cosas): después de todo, ¿cuántos datos interesantes no pueden ser descubiertos visitando nada menos que veintitrés países, preguntando a sus ciudadanos qué es lo que les gusta y qué les deja de gustar, refiriéndonos a sus conductas amorosas?
Sin embargo, y como digo a la espera de comprobar lo suculento que pueda ser el resultado final, sólo nos queda esperar que la (excelente) premisa no se quede simplemente eso, en premisa, y sus productores no se contenten con dar uno de esos puntos de vista tan manidos y caducos que hablan con simpleza y sencillez (y sin profundidad) de parafilias y de escarceos, sin llegar a atreverse del todo a ahondar en verdaderos comportamientos íntimos que sin duda tienen mucho que ofrecer y mucho que enseñar. Porque, más allá de posturas y de filias (y de fobias), lo interesante de las distintas culturas es, precisamente, las diferencias entre sus filosofías... lo cual, naturalmente, es lo que también nos interesa referido a este tema que (a pesar de que muchos opinen lo contrario) tanto da de sí.
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