Ya era hora de que alguien se decidiese a traducir algún otro libro del bueno de Odier, ya: mira que yo me lo compré en inglés en su día y no pude con él, claro, porque entre lo que uno tiene que leer primero y entender luego y comprender después, pues como que la esencia llega a malograrse, o más bien a diluirse.
¿El libro? Bien, bien, gracias: dice cosas interesantes (aunque no tanto como su predecesor), tienen un apartado de preguntas y respuestas que ha sido lo que más me ha gustado de él, y en general, debería leerse. Es más fácil oírlo de boca suya que de aquí, pero así son los libros y las transmisiones escritas.
Por quedarme, me quedo con una frase: “aquellos que piensan que los tantrika retienen algo no han asimilado los principios básicos de la relajación total, física y mental.”
Y el tigre de la portada es verdaderamente precioso.
Y sigo preguntándome qué demonios será eso del tantrismo...
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