Aprovecho la (relativa) tranquilidad del verano para ponerme con unas lecturas que, la verdad sea dicha, no tenía pensado realizar en este mismo momento... pero así es la vida, así son los planes, y así procuramos vivirlos. Y desde luego, es cierto tanto que debo varias lecturas a varios volúmenes atrasados, como que debo (mucha) más atención a mi escritora favorita...
De ese modo, he empezado por finalizar (lo había comenzado hace ya tiempo) este “A Hipótese de Eros” que me compré a la vez que la edición portuguesa de “Laura” allá por diciembre de 2007 (según reza la factura) en la lisboeta librería Avelar Machado. Y la verdad sea dicha, la compra fue por pura curiosidad (y por aprovechar los gastos de envío, ya que “Laura” era el objetivo principal), puesto que ya lo tenía (y lo había leído) en castellano. Sin embargo, bastó una ojeada mínima para darme cuenta de que la traducción portuguesa era infinitamente mejor que la española, y por eso decidí ponerme con él.
Así pues, comenzaremos aquí el análisis exhaustivo (con obligada lectura) de los libros de Emmanuelle Arsan que hay editados en portugués o brasileño, y que no sólo son muchos, sino que además complementan magníficamente a los traducidos al español (abriéndome así un abanico más que amplio para poder disfrutar de la obra de Marayat). Empezamos pues por este, y por su ficha técnica (acompañada de la correspondiente portada):
-A Hipótese de Eros. (1975)
Primera edición en Portugal de “L’Hypotèse d’Éros”. Tapa blanda, publicado en marzo de 1975 por “Arcádia” (“Editora Arcádia, S. A. R. L.”) dentro de la colección “Biblioteca Arcádia / Ensaio”. Traducción de Ângela Sarmento. Portada de Luiz Duran / Atelier Arcádia: negra (el fondo) y gris (todos los elementos), con el título en mayúsculas (la palabra “Eros” a mayor tamaño), el nombre de la autora en minúsculas, el logotipo de la editorial (la palabra “arcádia” en minúsculas con una punta de flecha debajo), y la imagen de un grabado que representa una mujer a la que sólo se ve el cabello y las nalgas en un complicado escorzo. 296 páginas, 13’5 x 20 cm.
Sin embargo, la cosa no es tan sencilla ni mucho menos con el idioma luso, ya que nos encontramos con la paradoja de que hay libros editados en Portugal que no circulan en Brasil, y viceversa... y el caso de este volumen es más especial aún, puesto que parece ser (no tengo ejemplar físico) que existe otro libro editado ese mismo año en el país sudamericano, que tiene nada menos que otra traducción. Su ficha técnica aproximada (junto con su portada) es la siguiente:
-A Hipótese de Eros. (1975) (NO CONFIRMADO)
Primera edición en Brasil de “L’Hypotèse d’Éros”. Tapa blanda, publicado en 1975 por “Artenova”. Traducción de Clarice Lispector. Portada: dividida en dos franjas horizontales, siendo la superior de fondo negro y con las letras “Emmanuelle Arsan” en mayúsculas de color rojo (y junto a ellas, más pequeña y de color blanco, la frase “autora de EMMANUELLE”), y la inferior de fondo marrón claro y con las letras “A Hipótese de Eros” en mayúsculas de color blanco (y bajo ellas, más pequeña y también de color blanco, la frase “L’HYPOTÈSE D’ÉROS”, y la palabra “artenova” de color marrón oscuro en la esquina inferior derecha), con un dibujo en el centro de ambas enmarcado en blanco (parece uno de los grabados de Bertrand). 176 páginas, x cm.
Respecto a lo de “otra traducción”, merece la pena detenerse en el hecho de que es nada menos que de Clarice Lispector, famosa escritora que pasó toda su vida en Brasil y que al final de sus días hacía estas cosas para ganar dinero. Murió en 1977, pero aun así, y que yo sepa, tuvo tiempo de traducir al menos dos volúmenes de Emmanuelle Arsan, que son el presente y “Novelas da Erosfera”. Trasteando un poco por la red, he dado con un monográfico de la escritora que es una verdadera delicia, aunque como es natural, no se detiene demasiado en el apartado de las traducciones que realizó (y en ningún momento se habla de las de Arsan). El monográfico completo, aquí:
http://shangrilatextosaparte.blogspot.com/2008/05/shangri-la-n-5-enero-abril-2008.html
En él, una nota a pie de página, nos dice: “Como traductora Clarice hizo de todo un poco. Desde adaptaciones de obras clásicas para el público infantil y juvenil, como “Los viajes de Gulliver”, de Jonathan Swift; “La isla misteriosa”, de Julio Verne; y “Tom Jones”, de Henry Fielding para la Editora Abril, pasando por Agatha Christie (“Cae el telón”), Henrik Ibsen (“Hedda Gabler”) y García Lorca (“La casa de Bernarda Alba”).”
Y un fragmento de entrevista nos permite saber un poco más de su manera de trabajar:
MC: Todos los tuyos han tenido éxito y tú sigues dando conferencias y haciendo traducciones... ¿Traduces por la tarde, verdad, Clarice? Porque por la mañana escribes para ti.
CL: Mira, traduzco a cualquier hora. Soy muy desorganizada. Traduzco del inglés y del francés. Pero trabajo deprisa, intuitivamente. A veces consulto un diccionario, a veces no y, según el caso, varias veces.
JS: ¿Aprendiste francés e inglés en la carrera diplomática?
CL: No. ¿Sabes cómo aprendí francés? Leyendo en francés. ¿No te dije que era una tímida atrevida? Cogí un libro en francés y me puse a leer y por el sentido, por la semejanza entre lenguas latinas, lo iba cogiendo, cogiendo, hasta que aprendí. La conversación... bueno, estuve tres años en Suiza y mi criada hablaba en francés conmigo. Con el inglés también fue así, nunca lo estudié.
Sea como fuere (y dejando aparte el hecho de que no he podido comparar la traducción de Lispector con el original, porque como digo no tengo ejemplar físico del suyo), parece que la escritora tenía la suficiente sensibilidad como para apreciar la literatura de Marayat, o tal vez simplemente fue otra víctima del boom editorial que generó la película. En todo caso, y aunque sea a título tan póstumo, sin duda hay que estarle muy agradecidos...
Pero volviendo al volumen que nos ocupa (es decir, el editado en Portugal), efectivamente la traducción es mucho mejor que la española, puesto que he ido comparándolas con el original (más o menos, desde luego), y sin duda este volumen recoge muchísimo mejor la riqueza prosística de Marayat que el anecdótico producto (por no tener, no tiene ni índice) de la “Asesoría Técnica de Ediciones” (aunque gracias debemos dar de que exista, aunque sea tan difícil de encontrar hoy por hoy). Ya que estamos, aprovecharemos para refrescar la ficha técnica y portada correspondientes:
-La Hipótesis de Eros. (1978)
Primera (y única) edición en España de “L’Hypothèse d’Eros”. Tapa blanda, publicado en 1978 por “Asesoría Técnica de Ediciones”. Traducción de R. (Rouse) Berdagué (personalmente, creo que es una traducción bastante pobre). Portada: foto de una mujer rubia desnuda, arrodillada y sonriente (el nombre “Emmanuelle Arsan” y el título “La Hipótesis de Eros” en negro). 320 páginas, 13 x 19 cm.
Por último, para las comparaciones de todos los textos, he utilizado la que parece ser la segunda edición (la de “Union Générale d’Éditions”) pero tomada de la original de Filipacchi de 1974, y que poseo por pura casualidad (editada, por supuesto, en francés). La escueta portada:
En cuanto al contenido, pues como todo el mundo debería saber, es una colección de distintos ensayos (nada menos que 37) publicados en revistas italianas y francesas de 1969 a 1974, a los que se añaden cuatro interesantes apéndices: los prólogos de Marayat escritos para “Dessins Érotiques de Bertrand”, “Ritorno a Roissy”, y “Château de Cène” (y se agradece, porque algunos de esos volúmenes sí que son difíciles de encontrar hoy en día), mas la contribución al “Magazine Littéraire” nº 83 titulada “Marayat, o la cópula del espejo”. Toda una colección de lucidez filosófica y poética preñada de placer, y regada con los néctares del más transido y apasionado de los Eros.
Y como lo más importante de todo este asunto es transmitir la palabra de Marayat, ahí va una pequeña colección de algunas perlas extraídas por un servidor (las traducciones son bastante personales, puesto que al final adecuo como puedo las palabras para que resulten lo más fieles posibles al francés), y que no tienen desperdicio:
“Los celos no son pues, como se pretende, un resultado del orgullo: son un estremecimiento humillado, una neurosis de impotencia y de frigidez. Nos serían vedados si tuviésemos la certeza de saber amar.”
“El amor extrae la inteligencia de los confines de las células y les abre espacios de poesía.”
“Ni el amor ni la amistad son distracciones, actividades de lujo o superfluas. Estas creaciones constituyen conquistas evolutivas tan fortuitas y rentables como el dominio del medio físico: golpes de suerte de la inteligencia, que necesita tanto de la eventualidad para ganar como necesitó para nacer.”
“Pero el erotismo, en realidad, ¿no será acaso un sistema en que la amistad y el amor en nada difieran?”
“Envejecer es tener que soñar en soledad.”
“Los hombres no mueren de vejez: mueren cuando dejan de creer que el juego es posible.”
“Constato, una vez más, que el erotismo es un asunto de espectáculo: puede encontrarse tanto placer en verlo como en participar en él en carne y hueso. Es, sin duda, un arte.”
“El arte es aquello que se produce cuando son sustituidas las leyes infinitamente limitadas de lo real por las leyes infinitamente extensibles del placer.”
“Entre Paraíso e Infierno, hay menos diferencia de la que los devotos creen: uno y otro son lugares donde ya no se espera nada.”
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