Con todo el descontrol vital de los últimos tiempos, y como siempre, se me acumulan papeles varios y cosas por explicar. Y aunque bien es cierto que acudo a pocas exposiciones últimamente (y la verdad es que no debería, y más en estos tiempos... pero la isla tampoco da para tirar cohetes en la materia), siempre es un placer darse una vueltecita por el Gran Hotel (es decir, el Caixaforum Palma) para ver qué hay.
Una de esas últimas veces, disfruté de la monográfica del artista ruso Vladímir Lébedev, profesor de Moscú y participante de aquella Revolución que tan interesante fue desde el punto de vista artístico. Formas duras, experimentos ruso-cubistas de esos que siempre es agradable ver, e ilustraciones infantiles de las muy conocidas y que nunca sabe uno quién ha hecho realmente hasta que las ve en muestras como la presente. Un agradable descubrimiento.
Mientras tanto, en otras salas se exponía una muestra de obras pertenecientes al Egipto copto, bastante interesante desde el punto de vista histórico (collares, peines, utensilios varios), que desde luego siempre es agradable ver, sobre todo porque cuando estuve allí hablé con algunos de ellos e incluso estuve en casa de uno, y son gente amable. Y sus obras, poco conocidas, injustamente.
Lo dicho, habrá que animarse a ir a ver más cosas de estas, sobre todo si la cosa sale como tiene que salir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario