Es ciertamente curioso, ver cómo esta mujer es capaz de expresar sentimientos y texturas emocionales de esa forma tan íntima y personal, al mismo tiempo que desnuda los personajes y muestra de ellos justo lo que desea mostrar (es capaz de convertir en nobles y legendarios a los miembros de la administración Bush, ahí es nada). Es una maravillosa captadora de ambientes y de estados de ánimo, y también una mujer que sabe cómo sacarle provecho al erotismo y a la sensualidad sin necesidad de mostrar nada o casi nada (baste de ejemplo la foto de abajo, de su compañera Susan Sontag, como botón de muestra).
Está en la sala Alcalá 31 (Madrid) hasta el próximo seis de septiembre, y nadie debería perdérsela...

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