Y no es que no valgan la pena: la primera, del genial Mordillo, recoge nada menos que eso, páginas enteras de su producción alocada e hiperbarroca que nunca deja indiferente y siempre mueve sentimientos... y además es eso, la celebración de una segunda exposición de hace nada menos que veinte años, y que yo también había visto porque el profe Jesús Pont nos llevó a verla. Cuando me puse delante de un cuadro al que nosotros habíamos llamado “hacer fuera y la pelota cae al agua”, pensé que realmente no, veinte años son nada...
Y la segunda, de Chaplin, pues más de lo mismo: vi muchísimas de sus películas, y la verdad es que le adoro igual que el resto de la humanidad... así que siempre es un placer ver trozos de pelis, carteles originales, o cosas así. Nada puedo decir de él que no se haya dicho ya... así que eso, a verlas y a vivirlas.

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